FEB. 11 2021 - 00:00h Las «cimas menores» de Iparla: al borde de la escarpadura Iparla es una larga cordillera que se extiende desde el puerto de Izpegi y la localidad de Bidarrai. El macizo del Iparla es una larga cordillera, una cresta de unos 12 kilómetros con alturas máximas de un millar de metros que se extiende desde el puerto de Izpegi y la localidad de Bidarrai. Hacia el este, la montaña presenta una imponente muralla que parece insuperable; hacia el W la vertiente es más suave y uniforme y cae sobre el desconocido barranco de Urritzate, que une Bidarrai con Erratzu. En una línea bastante recta que formaliza la divisoria hidrográfica entre la cuenca del Nive y la regata Urritzate y también muga entre los Estados francés y español, la cadena es un balcón al borde de la escarpadura. La travesía discurre al filo de la cresta y fuera, pero siempre cerca del camino natural. En esta sierra se contabilizan 9 cotas cimeras, la mayoría de ellas olvidadas por los deportistas de las montañas. Se las consideran cimas menores, cumbres que no se pisan, salvo por los «coleccionistas» que, a esos sí, les gusta dominar los horizontes sobre ellas. Un sendero natural une Izpegi con Bidarrai pasando por Iparla, muy cerca de los altos cimeros pero evitándolos. Sin embargo, pisar todos los altos, siguiendo la arista, es un ejercicio muy recomendable que merece completarse. En esta sugerencia de Mendia recomendamos a los lectores pisar todas las cimas desde Izpegi hasta Arrietako lepoa, que se considera el primer sector de la cadena. Pirámide de Buztanzelai o Ubedo En el puerto nace un sendero al N, a la izquierda según llegamos, que en pocos metros gana altura y deriva a la izquierda para evitar los altos. El deportista lo abandonará para llegar a la cresta cimera de Aintziaga, que acoge varias cumbres modestas con poca diferencia en altura. La más alta es Untxide y está separada de la de Aintziaga por el collado Latxipi. Desde aquí el próximo objetivo es la asombrosa pirámide de Buztanzelai o Ubedo, que hay que escalar por un empinado e incómodo sendero desde el abierto Buztanzelaiko lepoa, (gran piedra tumbada como referencia) donde llega el camino de Baigorri. Aquí aparecen las bandas rojiblancas del GR 10 que serán guía hasta Bidarrai. A partir de aquí la cresta es homogénea y el montañero avanza rápidamente para alcanzar el collado Astate, donde destaca un dolmen, que da paso en suave ascenso a la cima de Astate, con cuatro cotas sucesivas siendo la segunda la más elevada. En este tramo desde Izpegi la panorámica es soberbia, dominando cimas y collados y especialmente los farallones y contrafuertes orientales, con sus senderos al pie de las paredes, del circo de Gapelu. Para los neófitos en esta cordillera, deberán saber que de repente la montaña va a perder altura con una agudizante pendiente. Entre matas y brezos, un pequeño escalón y un bosquete de hayas, el montañero perderá altura hasta un puerto de referencia, el despejado Arrietako lepoa (señalizado), donde llega el camino de Urdoze y es puerta para el segundo sector del macizo. En esta propuesta, el lector deberá cerrar el circuito y regresar hacia Izpegi. Allí, al SW, nace una senda con marcas de colores, supera una cercana fuente habilitada por ciudadanos y se convierte en ancho camino para sabiamente descender suavemente en un hayedo baztanés y bajo las cumbres pisadas anteriormente que desemboca en la carretera del puerto, en el kilómetro 9,5. El montañero no continuará por los 2,2 km por carretera hasta Izpegi, que se hacen largos, y es recomendable que ascienda por monte hasta las Bentas, donde finalizará esta original excursión.