GAIAK
Interview

«Tener tan claro que va a haber Jazzaldia lo hace todo algo más fácil»

Jazzaldia abre este miércoles su 56ª edición, la segunda bajo las restricciones de la covid, aunque los nombres internacionales, casi ausentes en 2020, vuelven a ser parte esencial del programa. El trabajo de cuadrar el puzzle lo ha facilitado la determinación de seguir adelante.

Miguel Martín, en el acto de presentación de esta edición de Jazzaldia. (Gorka RUBIO | FOKU)

Tanto el año pasado como este, la organización dio «por hecho» que iba a celebrar  Jazzaldia. «Decidimos asumir todas las limitaciones y aprovecharnos de todas las oportunidades que nos dieran las circunstancias. Cuando se tiene tan claro que se va a hacer el Festival, todo es un poquito más fácil», asegura su director, Miguel Martín, en una entrevista con Efe.

Dos voces, las de los estadounidense José James y Cécil McLorin Salvant, se encuentran entre los reclamos de la primera jornada, como parte de una programación compuesta por 60 conciertos que el domingo 25 cerrarán, entre otros, Silvia Pérez Cruz, Brad Mehldau y el trío del guitarrista Bill Frisell.

Kenny Barron, Noa, Dave Douglas, Jorge Pardo, Buika, Gonzalo Rubalcaba y Marc Ribot serán también protagonistas en esta edición, que Martín define como «muy variada y de mucha calidad», en la que el público podrá disfrutar de «una muestra fantástica de vocalistas femeninas y de lo que es el piano en el jazz».

Además de viejos conocidos de Jazzaldia como Kenny Barron y Brad Mehldau, los aficionados podrán descubrir a otros dos pianistas «fabulosos», ambos italianos, «uno muy veterano», Franco D'Andrea, que tocará junto al trompetista Dave Douglas en la plaza de la Trinidad, y «uno muy joven», Giovanni Guidi, que rendirá tributo a Gato Barbieri en el Kursaal.

Y entre la lista de pianistas, Martín también destaca al polaco Marcin Masecki, para cuyo concierto de este jueves en el Museo San Telmo ya se han agotado las entradas, lo que ha ocurrido también con varios de la Trini y del auditorio del Kursaal.

Sobre el papel, podría pasar por una programación precovid, aunque para darle forma la organización se ha encontrado con más de un «no» y sobre todo con «un importante nivel de indefinición durante mucho tiempo» a causa de la pandemia, afirma Martín.

«Ha habido ‘noes’ por parte de algunos artistas, pero ya se conocían en febrero o marzo. Sin embargo, para el diseño de la edición las expectativas han ido variando muchísimo en doce meses. No se sabía si se iba a poder viajar o no. Se fiaba todo a las vacunas pero no se sabía si iban a estar preparadas. Ha sido un ir y venir constante de mejor a peor, de hacia delante y hacia atrás», explica.

Esas circunstancias han hecho más complicado el trabajo, aunque por otra parte algunos artistas han contribuido a facilitarlo «preparándose adecuadamente». «Hay músicos americanos que van a estar de gira porque tienen la doble vacunación. Han cumplido todo lo que tenían que cumplir. Unos han hecho los deberos y aquí están, y otros que no los han hecho y no están. Así de sencillo», señala.

Caso aparte es el de Gran Bretaña, cuyas limitaciones obligaron a cancelar las actuaciones de Arlo Parks y Mulatu Astatke, quienes a fecha de hoy, con las restricciones levantadas, sí habrían podido acudir a Jazzaldia.

Miguel Martín dice que del «esperpento» de Gran Bretaña «casi es mejor no hablar. Que un país que está en el pico más absoluto de incidencia decida abrir cuando estando mucho mejor no ha abierto, ha pillado a todos con el paso cambiado. Es un sinsentido, pero ya no se puede dar marcha atrás porque hemos encontrado sustitutos para ambos», incide.

A la cantautora británica y al músico etíope residente en Gran Bretaña les han sustituido José James y el cubano Chucho Valdés, quien además recibirá el premio Donostiako Jazzaldia.

La experiencia del pasado año ha ayudado al Jazzaldia a organizarse «en lo que a protocolo covid se refiere. Ha sido más fácil porque tenemos una serie de mecanismos y procedimientos ya asimilados, por nuestra parte y por la del público, cosas que sabemos hacer y que el público entiende que son lógicas. Todos hemos aprendido», subraya.

Comenta que «hay una parte de la sociedad que se ha desprendido de cualquier tipo de prudencia y otra parte que ha decidido que la prudencia es absolutamente necesaria. Nosotros no podemos ser más que de los segundos, lo tenemos clarísimo», asevera el director de Jazzaldia.

«Somos totalmente observantes de la normativa anticovid y vamos a hacer todo lo que se puede hacer. A pesar de ello, puede haber algún contagio, pues nadie está libre y la estanqueidad absoluta probablemente ni exista. Pero por falta de empeño y de insistencia no va a ser», resalta.