JAN. 23 2022 - 13:14h Cultivo orgánico, la vía emancipadora de las agricultoras de Costa de Marfil Cientos de mujeres de las zonas rurales de Costa de Marfil han recurrido al cultivo orgánico para obtener independencia económica y mejorar el futuro de sus hijos. En Divo, han levantado, y con gran éxito además, el primer comercio de productos orgánicos del país. Ninguna de ellas se arrepiente. Productos orgánicos en la primera tienda de estas características en el país. ( Issouf SANOGO | AFP) Isoou SANOGO (AFP) «¡Es una actividad rentable!». Son palabras de Agathe Vanié, agricultora de profesión. Como ella, miles de mujeres en las zonas rurales de Costa de Marfil han recurrido a los cultivos orgánicos para conseguir autonomía económica en sus vidas. Sentada en su tienda, Agathe Vanié se enorgullece al presentar los productos apilados en las estanterías del primer comercio orgánico de Divo, en el centro oeste de Costa de Marfil. Cajas de berenjenas, cacahuetes, pimientos, cúrcuma... Los productos, cultivados orgánicamente, atraen a gran cantidad de clientes. Es mercancía procedente de un campo trabajado por 2.000 mujeres de Diva Village agrupadas en Walou, una asociación contra la pobreza que (en el idioma Dida) significa «amor». Una de las clientas que acude asiduamente al establecimiento explica de forma sencilla su motivo: «Los químicos utilizados para rociar el suelo, las plantas, las frutas... originan enfermedades. Desde que conozco esta tienda, consumo buenos productos».«Necesitamos educar a las mujeres para que no cultiven más la tierra como hasta ahora», advierte Agathe Vanié, presidenta de Waloa. El objetivo es que las agricultoras consigan autonomía financiera mientras cultivan productos saludables. Y, a continuación, relata el proceso de su aplaudido proyecto: «Reuní a mujeres para que se embarcaran en la agricultura orgánica, para garantizar su salud y ser independientes y poder enviar a sus hijos a la escuela y salir de la pobreza». En la producción de cacao también tuvo éxito: «Podremos ganar dinero lanzándonos a una cultura diferente al cacao, cultivando alimentos sin agregar fertilizantes químicos». «Nos ha cambiado la vida» La respuesta fue positiva. Y hoy no se arrepienten del cambio, de haberse embarcado en el proyecto, tal y como hoy lo confirman en el pueblo de Bôkô, cerca de Diva. «Ya no bombeamos productos químicos a los campos. Optar por la agricultura orgánica ha cambiado nuestras vidas; podemos ganar un poco de dinero para cuidar a nuestros hijos y educarlos». Quien habla es Florence Goubo, una agricultora madre de cinco hijos. Mientras conversa, sujeta una azada en la mano. Tampoco Suzanne N’Dri se arrepiente. «Nos engañan los químicos», dice mientras sigue trabajando en su plantación de ñame y mandioca. Ella, además, se ha animado también con la cría orgánica de cerdos y cabritos. Madeleine Zébo, presidenta de productores orgánicos de Bôkô, elogia el éxito comercial de los cultivos de estas plantaciones ecológicas y éticas, donde no trabajan los niños. «Pimientos, berenjena, djoumgblé, miel, maní, tarot, tomates… vendemos fácilmente a precios envidiables», comenta. Quien es responsable de la aldea Bôkô, Gbaza Zourhouri, también aplaude el proyecto: «Las mujeres tienen mi apoyo y mi bendición. Antes, toda la producción agrícola se basaba en productos químicos y fitosanitarios; estábamos borrachos», lamenta. Este tipo de iniciativas, además, está extendiéndose en las zonas rurales de Costa de Marfil, donde la tasa de pobreza en el sector agrícola ronda el 60%, según las estadísticas oficiales. Acuerdo financiero Orange Bank Africa y ONU Mujeres firmaron un acuerdo de cooperación en Abiyán, el 1 de julio pasado, «con el objetivo de abordar conjuntamente los desafíos de acceso a la financiación y el marketing que afrontan las mujeres en las zonas rurales». Las mujeres de Costa de Marfil «todavía sufren grandes desigualdades y tienen que enfrentarse a muchos problemas estructurales en sus actividades empresariales y agrícolas», reconoce Orange Bank Africa, que cita, específicamente. «las dificultades para acceder al crédito». El banco, al parecer, ha prometido que facilitará los créditos a estas poblaciones. A raíz de los primeros éxitos comerciales de sus productos, que «cruzan fronteras», la asociación Walo ha anunciado ya un nuevo proyecto para construir su propio centro de salud y una planta de procesamiento.