MAR. 14 2022 - 00:00h Arditurri, entre minas, cascadas y bosques Son variadas las posibilidades que ofrece Aiako Harria. NAIZ En el impresionante e incomparable macizo de Aiako Harria, además de las diferentes rutas de montaña que llegan a sus cumbres, existen otros alicientes que merecen ser conocidos. Uno de ellos y muy importante son los entornos mineros. Destacan dos: el de Irugurutzeta, en Irun, y el de Arditurri, en Oiartzun. Esta propuesta pretende dar a conocer este escenario, tanto a ras de tierra como en su interior, con una excursión con dos fundamentos. Una excursión amable, a pie de monte del impresionante perfil de la Peña, partiendo desde Arditurriko parketxea y descubriendo las bocaminas, las cascadas de afluentes del rio Oiartzun y sus bosques misteriosos de coníferas, hayas, castaños y robles americanos. Centro de interpretación Tras la excursión, merece visitar el centro de interpretación y después el interior de la tierra, con visita guiada a poder ser, para conocer el filón minero donde durante los últimos 2.000 años se extrajeron plata, hierro, plomo y fluorita, entre otros metales. Se ofrece la inspección de las minas, con un recorrido de cerca de 800 metros, en una red de túneles horadados por los mineros, en un itinerario que entrelaza bocas de galerías de la época romana (los primeros que taladraron la tierra), excavaciones posteriores y hasta una balsa subterránea. Un espectáculo, sin ninguna duda. Para conocer el escenario a pie de monte entre minas, cascadas y bosques, los responsables del Parque Natural han establecido dos rutas balizadas, el PR GI 1009 –marcas blanquiamarillas, nuestra sugerencia– y el alternativo SL GI 1007 –marcas blanquiverdes (Vuelta a Arditurri)–. Nace la excursión en el parking del Parketxea. Cercano se sitúa el poblado minero con su centro de interpretación, minas y restos de ferrerías, almacenes y hornos (Siglos XIII y XIV). El senderista utilizará el bien señalizado PR con balizas blanquiamarillas hacia Unaileku, por una pista cementada, que en la primera curva a la derecha se abandona para, 800 metros después en fuerte ascenso, llegar a la monumental escultura Plenitud y Vacío, que en el año 2007 colocó el artista Imanol Marrodan y, lamentablemente, dañada con grafitis diversos. Regresarán los montañeros a la curva y continuarán en el circuito que sigue las agujas del reloj. A partir de aquí alternarán las cascadas; una muy alta se presenta en breves minutos, bocas de minas y diferentes errekas que con mucha agua son un fastuoso y referente espectáculo. Después serán los bosques secretos, en primavera en su máximo esplendor, los que recibirán al caminante, en un laberinto de caminos y sendas que buscan más minas. Tras un primer túnel, el visitante encontrará protegidas las primeras bocas fantasmagóricas hacia las entrañas de la tierra y, si es curioso y fuera del camino, más arriba, podrá disfrutar de una serie de galerías aún más relevantes, unas bocas monstruosas que se unen. De nuevo en el camino, éste sigue paralelo al rio Arditurri que se debe sortear en diferentes ocasiones gracias a unos gabiones que permiten la libre circulación del agua en saltarinas cascadas y al mendizale saltar de un lado al otro. “Cuesta de la muerte” El inteligente y bien trazado camino alcanza la borda de Unai Leku y continuará ascendiendo con bellas vistas cuando hay algún claro, especialmente hacia el coto minero y Donostialdea al N. El itinerario alcanza su máxima altura (405 m) en el punto Sorotxo (carretera de Arritxulegi) y allí se sigue hacia Olaetxea (señalética), por el cordal cimero, siguiendo la línea de unas torres eléctricas, que en fuerte pero buen descenso (antiguamente se conocía esta bajada como “cuesta de la muerte”) con bella panorámica sobre Aiako Harria y su recortado perfil cimero, llega de nuevo a la carretera (Km 4 de la GI- 3420) en el puente de Olaetxea, próximo al caserío del mismo nombre. Se cruza el río a la derecha y se toma la parte final de la vía verde, antaño trazado del tren minero que trasportaba el material hasta Pasaia, para finalizar este recomendable círculo en el aparcamiento de Arditurri.