APR. 28 2022 - 06:15h Los cartógrafos del gigante gaseoso y su atmósfera arremolinada El Planetario de Iruñea, con la colaboración de la UPV/EHU, ha cartografiado la superficie de Júpiter, estableciendo la latitud y longitud de sus principales estructuras meteorológicas, utilizando para ello imágenes de una cámara de la misión Juno de la NASA. Ibai Azparren El 5 de agosto de 2011, la nave espacial Juno de la NASA fue lanzada desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida. La sonda se embarcó en un viaje de cinco años hacia el gigante gaseoso Júpiter con la pretensión de estudiar su atmósfera, su origen, su estructura y su campo magnético, así como averiguar cuánta agua hay en la atmósfera del planeta más antiguo del sistema solar. A la nave, que entró en la órbita de Júpiter un 4 de julio de 2018, se le incorporó un telescopio-cámara de luz visible denominada ‘Junocam’, y no ha dejado de enviar imágenes desde entonces. Todas ellas, sin embargo, tenían hasta ahora un carácter puramente estético dado que la cámara estaba pensada para la divulgación y acercar el planeta al público en general. No obstante, gracias los trabajos del Planterio de Iruñea y el grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU, liderados por Agustín Sánchez de la Vega, se han procesado más de 2.000 imágenes desde el servidor PVOL del GCP que permiten su uso en el ámbito científico e investigador. En resumen, «nos ha permitido hacer ciencia», ha señalado este miércoles Iñaki Ordoñez, responsable de investigación, desarrollo e innovación del Planetario acompañado del astrofísico Fernando Jauregi. Fernando Jauregi e Iñaki Ordoñez en la rueda de prensa de este miércoles. (Iñigo URIZ/FOKU) Estrucutras de un atmósfera cambiante Jupiter es un planeta muy ovalado, «achatado» por los polos, y el proceso que ha permitido calcular la latitud y longitud de cada estructura observada en las imágenes enviadas por Juno ha sido complejo. «Son imágenes procesadas, porque sino las veríamos con deformación esférica. Hay que reproyectar esas imágenes, asignarles las coordinadas geográficas para poder obtener con precision sus verdadera dimensiónes», ha detallado Ordoñez. Algo así como cartografiar la superficie terrestre en un mapa, pero con el handicap de que Júpiter está formado por gases, por nubes que se desplazan y que provocan que entre una imagen y otra algo cambie o nada sea igual. Se trata de imágenes de luz visible de una alta resolución, de unos tres kilómetros de superficie planetaria por pixel que procesan para calcular la latitud y longitud de cada estructura observada. (PLANETARIO DE IRUÑEA) La sonda completa una órbita cada 1,5 o 2 meses y cada 4 meses la NASA hace públicas las imágenes captadas en dos órbitas. Cuando Juno alcanza su vista más cercana, la nave espacial captura imágenes al detalle. Este punto o concepto astronómico llamado ‘perijove’ dura unas pocas horas, por lo que «medimos con mucha precisión los tiempos en los que se ha tomado cada imagen para poder determinar qué movimientos se han podido dar entre una imagen y otra», ha explicado Ordoñez. La investigación del Planetario con las imágenes de la Junocam han permitido hacer otras mediciones, como la de la altura de las nubes de Júpiter, por las sombras que proyectan, y se ha determinado que se encuentran a unos 20 o 30 kilómetros como media. Todo ello ha motivado que la NASA se haya puesto en contacto con el Planetario de Iruñea para conocer la forma en que lleva a cabo el procesado de las imágenes y también ha colaborado en la elaboración de varios artículos científicos. La Gran Mancha Roja y el cambio climático Júpiter se encuentra a 750 millones de kilómetros del Sol, su volumen es equivalente a 1.300 tierras y tarda solamente unas 10 horas en girar sobre sí mismo. Se considera que todo el planeta está formado por gases, por hidrógeno y helio mayoritariamente, por lo que no tiene superficie sólida. Todo ello desencadena en que sea escenario de magestuosas tormentas. Realmente, la mayor tormenta conocida en nuestro sistema solar se encuentra en el planeta joviano, la Gran Mancha Roja, un anticiclón que lleva por los menos 400 años paseándose por la atmósfera de Jupiter y en cuyo tamaño duplica la Tierra. Celestial objects to scale in size, rotation speed and tilt 敖 pic.twitter.com/KCfjHDABdF — Dr. James O'Donoghue (@physicsJ) April 26, 2022 Además de proporcionar imágenes de mejor resolución disponibles hasta la fecha, el proceso de imágenes que llegan desde Juno están dando interesantes artículos científicos según Ordoñez, entre ellos uno que analiza la Gran mancha roja. En los «mentideros científicos», ha apuntado Ordóñez, se decía que la mancha se estaba reduciendo y que podría llegar a desaparecer, pero en el artículo se concluye que se trata solo de una variación de tamaño superficial y que en sus capas interiores la tormenta mantiene sus dimensiones originales. Otro de los artículos analiza el ‘Clyde Spot’, una tormenta llamada así por su descubridor, el astrónomo amateur Clyde Foster, que la descubrió con su telescopio en Sudáfrica en el año 2000. Los resultados de la investigación han dado lugar ya a tres artículos científicos, entre ellos uno sobre el ‘Clyde Spot’, una tormenta llamada así por su descubridor, el astrónomo aficionado Clyde Foster, que la descubrió en Sudáfrica en el año 2000. Ordóñez ha destacado además que este tipo de investigaciones son interesantes para comprender los procesos de cambio climático, ya que Júpiter es como un «laboratorio más simple» que el de la Tierra y permite analizar de una manera más sencilla las interacciones y evolución de su atmósfera. Los resultados de estas mediciones permiten al Planetario de Iruñea proyectar en su cúpula las estructuras visibles de Júpiter en su ubicación correcta y sus proporciones reales en el disco del planeta, un trabajo que está en constante actualización, ya que su posición va cambiando entre una y otra órbita. De Juno a Juice La misión Juno tendría que haber finaliado en 2017, pero la NASA le concedió una prórroga de varios años y si todo va bien en ese ambiente interplanetario «tan puñetero», según Ordoñez, concluirá en el 2025. Los científicos de la NASA pretendían que la cámara durara 7 órbitas alrededor de Jupiter, pero ya ha procesado 36. Representación de la sonda Juno a escala 1/5 en unos laboratorios de Pasadena, en California. (Robyn BECK/AFP) La próxima misión, Juice, propuesta por la Agencia Espacial Europea, será lanzanada en 2023 calculando su llegada al sistema joviano en el año 2030. Esta sonda analizará Júpiter y sus satélites –se han registrado un total de 63–, por lo que Ordoñez ha pronosticado en tono jocoso que dentro de 10 años volverá a citar a los periodistas para anunciar los descubrimientos de esta nueva misión en el rey de los planetas.