Tren de los lagos, serpenteando en el Prepirineo leridano MAY. 10 2022 - 12:04h Texto y fotos: Sergi Reboredo Quien viaje en el desvencijado tren histórico que comunica Lleida con la Pobla de Segur disfrutará de forma pausada pero intensa de la belleza y espectacularidad del Prepirineo leridano, tierra salpicada de impresionantes lagos, bosques y montañas escarpadas Lleida es el inicio del trayecto. La antigua locomotora diésel 10817 serie 308, construida en 1968 por Babck Wilcox, es la encargada de arrastrar los vagones. Se la conocía como la yeyé por su característico movimiento de balanceo, peculiaridad que sigue vigente hoy. Estuvo funcionando transportando vagones de carga hasta 1999 y fue restaurada en 2001. Su hermana gemela, la 10820, va unida a ella para aumentar la potencia en las fuertes pendientes. El viejo convoy inicia su trayecto en Lleida, una ciudad amable, activa y jovial situada en una colina junto a la rivera del río Segre. Sus extensos campos frutales dominan la planicie que rodea a la ciudad. Y en lo alto de un promontorio, se alza altivo y vigilante el conjunto arquitectónico de la Seu Vella, la catedral más antigua de Lleida. La estación de Lleida se sitúa en el centro de la ciudad, al norte del casco histórico y no muy lejos del río Segre. El sonido metálico de un silbato anuncia la salida, puntal, a las 10:40 de la mañana. Un extensa nube de humo grisáceo procedente de la locomotora flota en la estación. El primer tramo prosigue paralelo al Segre, y los árboles frutales se suceden en ambos lados de las ventanillas. Mientas el tren prosigue su marcha ascendiendo paulatinamente, se dejan atrás y sin paradas pueblos como Vilanova de la Barca, Vallfogona de Balaguer, Térmens y Alcoletge. La locomotora arrastra cinco coches de época, de la serie 6000, salpicados de nostalgia, sensaciones y perspectivas de tiempos lejanos. Un vagón cafetería y un furgón postal completan el convoy. Estos vagones se construyeron en España en la década de los 50, y están pintados en verde botella rotulados en amarillo. Los interiores ofrecen dos clases diferenciadas. En una de ellas se ofrecen compartimentos cerrados tal y como se construyeron en la época, forrados de madera, con dos hileras de cuatro asientos de escay enfrentados entre sí. La otra fue renovada en los años ochenta; se eliminaron departamentos cerrados que albergan 56 asientos de diseño moderno, amplios, muy confortables. Balaguer, primera parada A las 11:00 el tren hace entrada en la estación de Balaguer para recoger a los turistas que han decidido hacer únicamente este tramo del recorrido. La capital de La Noguera, situada a orillas del Segre, cuenta con su precioso barrio antiguo con una gran plaza porticada que acoge cada semana su famoso mercado de 800 años de historia. Son también interesantes la colegiata de Santa María, coronada con un alto campanario, y el convento de Sant Domenec, con un sencillo claustro. Cinco minutos más tarde, vuelve a sonar el silbato y el tren se pone en movimiento otra vez. Quedan por delante 40 túneles y 58 puentes de una belleza asombrosa. El Tren de los Lagos se encuentra en funcionamiento desde 2007. Aprovecha la infraestructura de una antigua línea férrea de ancho ibérico y vía única de 89 kilómetros creada en 1951 que comunicaba Lleida y La Pobla de Segur que originalmente pretendía llegar hasta Saint Girons, en Occitania. Desde 2005, la línea está gestionada por los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña, que se hace cargo de su gestión y mantenimiento. En el tramo entre Balaguer y La Pobla de Segur, resulta difícil desviar la vista de las ventanillas. Es el trayecto más espectacular. Dejamos atrás la llanura del Segre para adentrarnos en el Montsec, caracterizado por su cordillera calcárea y los espectaculares desfiladeros de Mont-rebei y Terradets rodeados de láminas azules de aguas plácidas que conforman decenas de lagos. El tren serpentea por cuatro de ellos. Conviene ir sentados estratégicamente en los asientos de la parte derecha, porque es desde donde se obtienen las mejores panorámicas. Primero bordea el embalse de Sant Llorenç de Mongai, donde el verde de los sauces llorones se marida con el rojo de las grosellas esbozando uno de los paisajes más románticos del recorrido. Es un lugar perfecto para hacer kayac, escalada y rutas de senderismo. Además, gracias a los abundantes carrizales y a su nivel de agua constante, acoge durante gran parte del año numerosas especies de aves acuáticas. El siguiente embalse es el de Camarasa, que con una extensión de 20 kilómetros y una superficie de 624 hectáreas representa la puerta de entrada al Prepirineo. Rodeado de riscos, su presa se construyó en 1920 con el objetivo de iluminar toda el área metropolitana de Barcelona. En la actualidad sigue prestando servicio y produciendo energía. Sigue avanzando varios kilómetros hasta llegar al Embalse de Terradets, uno de los más bellos del camino. Rodeado de bosques de ribera, se extiende desde el desfiladero de Tremp hasta la llanura de la cuenca del mismo municipio. Por último, el tren zigzaguea por los extremos del lago de Sant Antoni, que aglutina la superficie de agua dulce más grande de toda Catalunya, con 972 hectáreas y 86 metros de profundidad. Resulta increíble visitar esta zona, especialmente en primavera, cuando el paisaje está cubierto por un manto verde y los lagos y pantanos se encuentran rebosantes de agua tras el deshielo de la nieve de las montañas pirenaicas. La Pobla de Segur, fin de trayecto Casi dos horas después de la salida en Lleida, a las 12:35, el tren hace su entrada triunfal en la estación de La Pobla de Segur, final de trayecto. Quienes opten por regresar en el mismo tren deberán esperar hasta las 17:00 para iniciar el viaje inverso. Mientras, podrán degustar la gastronomía típica de la zona, como la coca de recapte (torta de cebolla, tomate y pimiento asados con sardina, butifarra o panceta), disfrutar de los secretos modernistas de la Pobla de Segur, visitar las Tiendas Museo de Salàs de Pallars, acercarse hasta la vall Fosca para conocer los inicios de la producción hidroeléctrica en Catalunya,o descubrir las singularidades de Tremp, Isona y el Castillo de Llordà. Los sábados de septiembre también se celebra el Mercado del Tren en la misma plaza de la estación, otro lugar perfecto para degustar productos artesanales y agroalimentarios de la zona.Embalse de Terradets Unos treinta kilómetros al sur de la Pobla de Segur se extiende el Embalse de Terradets, acurrucado por la sierra del Montsec. Es, sin duda, un lugar adecuado para ser utilizado como base y explorar cómodamente la comarca del Pallars Jussà. Un itinerario acondicionado para senderistas de algo más de tres kilómetros bordea el embalse e invita a conocer de cerca la gran variedad de fauna y flora del bosque de ribera y los cañizares próximos al lago. El sendero incluye fantásticos miradores desde donde se pueden observar, sin ser vistos, las aves acuáticas y migratorias que frecuentan el lugar, además de las curiosas nutrias, habitualmente esquivas con el turista. Aunque a primera vista parece un lago natural, se creó en 1935 para construir una obra de infraestructura hidroeléctrica. Sus aguas engulleron el monasterio de Sant Miquel de Cellers, un monasterio fundado probablemente en 1170 por los condes de Pallars Jussà. El teleférico del lago Gento El teleférico de l'Estany Gento, también llamado Teleférico de la Vall Fosc, es la puerta de entrada al Parque Nacional Aigüestortes y Lago de San Mauricio. En 14 minutos salva un desnivel de 450 metros, subiendo hasta la impresionante cota de 2200 metros, desde donde se pueden hacer numerosas excursiones para ver los 32 lagos que conforman este espectacular paraje. El remonte fue construido en 1981 por Fuerzas Eléctricas de Cataluña, S.A. (FECSA) para sustituir un anterior sistema de acceso al lago basado en dos funiculares y un ferrocarril de vía estrecha,y facilitar el transporte de personas, vehículos y materiales para la construcción hasta el punto más elevado de la central hidroeléctrica reversible Sallente-Estany Gento. Una vez en la cúspide, situados a los pies del lago Gento, arranca un sendero que transcurre por los raíles del antiguo ferrocarril construido en 1911, un trazado de unos seis kilómetros rehabilitado y considerada una de las vías verdes más atractivas de Catalunya. En el trayecto, salpicado de túneles, todavía son visibles los restos de las vías que un día llegaban hasta la central hidroeléctrica de Capdella. La senda es prácticamente llana y se puede realizar en tres horas aproximadamente. Forma parte de la ruta GR11, que cruza a través de 800 kilómetros los pirineos desde el mar Cantábrico hasta el Mediterráneo, comunicando en este caso particular la Vall Fosca con Espot y con la Vall de Boí por el valle de Riqüern. De vuelta a Capdella, hay quien visita e l Museo de la Central hidroeléctrica, donde se explica su creación, historia y el proceso de electrificación en la comunidad catalana, así como el impacto que produjo su construcción en la sociedad del momento. Llegaron a trabajar más de 3.000 personas en esta obra faraónica que, mediante túneles y galerías, conectaba 15 lagos pirenaicos antes de dejar caer 3,3 metros cúbicos de agua por segundo en un desnivel canalizado de 840 metros de altura.