JUL. 23 2023 - 07:06h Un babel estival de multi sonidos En la plaza de la Trinidad actuaron Julian Lage y Bill Frisel. (Gorka RUBIO | FOKU) Iñaki Zaratiegi Sol, brisa marina, playas a rebosar y apretado deambule callejero, con una alta porción de gente foránea. La Donostia estival post pandemia está que se sale y le sobra gente, particularmente en los espacios urbanos más transitados. La atracción a lo Hamelín de la amplia oferta sónica y festiva del Jazzaldia eleva esa presencia humana hasta casi la invasión. Ayer hubo de nuevo la programada animación en las sesiones matinales y por la tarde, las gentes que se pudieron permitir pagar 95 euros por un concierto dejaron por un rato el trajín exterior para caer rendidas ante Geethali Norah Shankar Jones. ¿Qué tiene de especial esta neoyorquina que debutó entre nosotros en el festival gasteiztarra de 2007 y repitió en el Euskalduna bilbaíno en 2010? ¿Por qué ha vendido millones de discos? Por su voz, se supone. Pero hay en el jazz vocal muchas mujeres a su altura, que cotizan menos. ¿Y su dulzura country es más emotiva, por ejemplo, que la de Eilen Jewell, que nos visita a menudo en escenarios mucho más humildes? Ayer, el Jazzaldia pudo por fin hacerle la prueba del algodón en vivo y directo y la hija de Ravi Shankar brilló triunfante con un perfecto trío de apoyo (Brian Blade en la batería, el bajista Chris Morrisey y el guitarra Dan Iead). No acudió a la cita el anunciado teclista Peter Remm, pareja de la cantante con quien tiene dos hijos. Sin aspaviento escénico alguno, Jones y sus acompañantes desgranaron elegantes, íntimos y precisos una bonita colección de títulos a base de soft jazz-pop jazz. ‘Just a Little Bit’, ‘I’m Alive’, ‘What Am I to You?’, la redonda ‘Sunrise’ o la más jazzera ’Wonderful Time’ encandilaron al repleto auditorio. Hubo aires gospel como ‘Can You Believe’ y la exitosa vocalista dejó el piano para calzarse dos diferentes guitarras en un tramo country con ‘Don’t Know What It Means’, ‘Rosie’s Lullaby’ y otros títulos hermanos. Usó Norah un teclado en ‘Chasing Pirates’, gustó especialmente en ‘Come Way With Me’ o ‘To Live’, versionó emotiva ‘The Nearness of You’ y se despidió íntima con ‘The Long Day Is Over’ y el regalo ‘Turn Me on’. Su voz es clara, bella, sin exageración en el registro. Maneja piano y guitara con soltura y acaba resultando una creadora atractivamente eficaz que los caprichos del mercado han encumbrado al estrellato. Virtuosismos con causa De vuelta al trajín sabatino se pudo disfrutar en los escenarios de las terrazas con la más genuina música de big band a cargo de Mississippians Jazz Ensemble, los serios jazzeros Xahu e Isla, el folk bosnio de Damir Imamović o el pop-blues de los veteranos donostiarras Motelas, mientras la también local Elena Setién actuaba junto al puerto. El especial txoko de Plaza Trinidad, lució repleto en su primera doble jornada para recibir al guitarrista Julian Lage y su seción rítmica: Jorge Roeder al bajo y Joey Baron en la batería. A sus 35 años, el estajanovista californiano con catorce discos propios ofreció un recital de perfecta técnica, nervio y melodía con su guitarra Fender Telecaster. Una combinación de agilidad y sentimiento en pasajes como ‘Twilight Surfer’, ‘You and the Night’, ‘Serenade’, ‘Speak to Me’… Su colega y colaborador Bill Frisell le secundó en un especial mano a mano con ‘Nothing Happens’ o ‘Tributary’. Frisell, viejo conocido del festival, cerró noche también a la guitarra Telecaster, con el clarinete y saxo tenor de Greg Tardy, el piano de Gerald Clayton y el inmenso batería Johnathan Blake, que ya había acompañado un día antes al piano de Kenny Barron en el Kursaal. Una formación instrumental sin bajo, poco habitual en el mundo jazzero. El original músico de Baltimore bordó con su gente un set sutil, versátil, diverso y abiertamente libre. Intimidades, crescendos, fanfarres acariciantes, culebreos…, con referencias a su última grabación ‘Four’. Un mundo sonoro no fácil de seguir que provocó el habitual goteo de deserciones en este tipo de aventuras creativas. Mientras, en la playa de la Zurriola se escuchaba una especie de jazz poperizado y festivo con los británicos Blue Lab Beats y los rockeros sureños Viva Suecia hacían bailar a públicos más jóvenes. La programación dominical de hoy, con cita electoral de por medio, invita de mañana a escuchar en San Telmo el piano de Eri Yamamoto o las sesiones JazzEñe del Victoria Eugenia. A la tarde, vuelve al Kursaal el macizo blues-rock de Ben Harper y en las terrazas estarán Mississippians, Sara Dowling, los tríos de Arnaud Labastie y Lutfi Jakfar o Les Cuisinieres. La noche de la Trinidad propone la doble sesión del veterano pianista Abdullah Ibrahim y la saxofonista londinense Nubya Garcia. El rock de Arde Bogotá precederá en la arena de Gros al debut guipuzcoano del combativo intérprete de reggae afro Tiken Jah Fakoly.