El gran espía que revolucionará el universo FEB. 07 2024 - 07:05h NAIZ (Fotos: JAVIER TORRES /AFP) Rodeados de desérticas montañas y bajo los cielos azules del norte de Chile, los astrónomos del Observatorio Vera C. Rubin esperan revolucionar el estudio del universo cuando incorporen a un telescopio la cámara digital más grande jamás construida en el mundo. Del tamaño de un vehículo para cuatro personas, y con 2,8 toneladas de peso, el sofisticado aparato será instalado en un telescopio en construcción y tendrá la capacidad de abarcar el cielo como nunca antes, señalan los responsables del proyecto financiado por Estados Unidos. Con un costo de alrededor de 800 millones de dólares, comenzará a captar imágenes en el primer semestre de 2025. Cada tres días hará un barrido del cielo, y repetirá el movimiento una y otra vez, lo que le permitirá a los científicos profundizar en el análisis del universo. Pasaremos de «estudiar una estrella y saber toda la física en profundidad de esa estrella, a estudiar miles de millones de estrellas a la vez», afirma Bruno Dias, presidente de la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias). «Será un cambio de paradigma en la astronomía», agrega Stuartt Corder, subdirector de NoirLab, centro de investigación estadounidense que administra el observatorio ubicado en el cerro Pachón (560 kilómetros al norte de Santiago) a más de 2.500 metros de altitud. Con este proyecto, Chile, que cuenta con los cielos más limpios del planeta, se consolida como potencia en la observación astronómica, con un tercio de los telescopios más potentes del planeta instalados en su territorio, según datos de la Sochias. Se espera que en 10 años, la LSST (las siglas en inglés de Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la Posteridad) tenga datos de 20 millones de galaxias, 17 mil millones de estrellas y seis millones de objetos espaciales. Los científicos contarán con un renovado catálogo de imágenes del sistema solar; además, podrán mapear la Vía Láctea y avanzar en el estudio de la energía y materia oscura, que conforma el 90% del universo. 300 televisores para una fotoLa cámara capturará fotografías de 3.200 megapixeles, una imagen tan grande que para visualizarla se requerirán más de 300 televisores de tamaño promedio de alta definición juntos. El aparato, que se está fabricando en California, triplicará la capacidad de la actual cámara más poderosa, la Hyper Suprime-Cam japonesa, de 870 megapixeles. Y será seis veces más potente que la actual cámara más poderosa de NoirLab. «La cámara que existe, que está en el (cerro) Tololo (también en Chile), es de 520 megapixeles», explica Jacques Sebag, encargado de la construcción del telescopio que contendrá la megacámara. Ese telescopio tiene un espejo de 8,4 metros de diámetro y para su traslado por tierra se necesitaron varios camiones y retirar las señales de tránsito para que pudiera pasar, cuentan los responsables. Muy atrás quedó el telescopio de 40 centímetros que llegó hace más de 60 años a Chile, cuando se instaló el primer observatorio internacional del país en el cerro Tololo, en la década de 1960. «Ese telescopio llegó aquí a lomo de una mula, porque no había un camino», cuenta Stephen Heathcote, director del observatorio Cerro Tololo, a solo 20 kilómetros del cerro Pachón. La capital de la astronomía El observatorio Vera C. Rubin, nombrado en honor a la astrónoma estadounidense que descubrió la materia oscura, se suma a otros grandes centros de estudios de observación ubicados en el norte de Chile. Las condiciones naturales de los desiertos en el norte del país, ubicados entre el océano Pacífico y la cordillera de Los Andes, generan los cielos más limpios del planeta, gracias a su poca nubosidad y clima seco. Chile alberga los telescopios de más de 30 países, entre ellos algunos de los instrumentos astronómicos más poderosos del mundo, como el Observatorio ALMA, el radiotelescopio más potente o el futuro Telescopio Extremadamente Grande, que en 2027 observará distancias jamás alcanzadas. El observatorio Cerro Tololo, en tanto, fue testigo de grandes descubrimientos, como la expansión acelerada del universo, que valió un premio Nobel de Física en 2011 a los estadounidenses Saul Perlmutter y Adam Riess, y al australiano Brian Schmidt. Aunque en otros países como Estados Unidos, Australia, China o España también se han instalado poderosos aparatos de observación, «Chile es imbatible» en el campo de la astronomía, afirma el presidente de Sochias.