GAIAK
Interview
Joe Crepúsculo
Artista

«En la música hay mucha política, todo se decide desde arriba»

Joe Crepúsculo vuelve a Euskal Herria para celebrar el aniversario de su gran éxito: ‘Mi fábrica de baile’, que el artista catalán ha revisado en diversos estilos, desde la cumbia hasta el flamenco, el rock o el techno, contando con destacadas colaboraciones. El 1 de marzo lo presenta en Bilbo.

Joe Crepúsculo, en directo. (Jaime ERICE TORÁN)

Recientemente, presentaba nuevas versiones de ‘Mi fábrica de baile’, que ya ha cumplido diez años. Ya está dando de sí el tema, ¿eh?

(Risas) Sí, no sé si necesitaba o si la gente quería tantas versiones, pero era una manera de celebrar estos diez años de una canción que tanto me ha dado y tanto me ha ayudado en mi carrera.

¿Se imaginaba que iba a tener esta repercusión cuando la compuso?

Para nada. De hecho, cuando hice ese disco, yo me imaginaba que el single iba a ser otro que, por cierto, ni siquiera toco en directo ahora mismo; pero es que, muchas veces, cuando estás haciendo un trabajo, no te das cuenta de dónde pueden llegar algunos temas y, en este caso, salió bien casi sin ser conscientes. Nadie sabe cuál es el secreto para que una canción tenga esta repercusión… y por suerte, porque si fuera tan fácil, todo el mundo estaría sacando hits todos los días (risas). 

¿Y no se cansa de tocar ‘Mi fábrica de baile’ en todos los conciertos?

Pues te diré que yo pensaba que sí que me iba a cansar y, si me llegas a preguntar hace diez años si me veía tocándola siempre, seguramente te habría dicho que no; pero, ¿sabes por qué no me canso? Porque veo a la gente que se lo pasa bien y eso, de alguna manera, me llega a mí, y cuando hay esa interacción con el público se produce una sensación muy buena.

«A mí me gusta escuchar a Bob Dylan, y también me gusta la música clásica, el techno… y quiero que en lo que yo haga esté representado todo esto»

Le voy a poner en un aprieto: ¿Cuál de todas las versiones que ha hecho de este tema le gusta más?

Es complicado decidirse por una, porque me gustan todas. Es que, cuando se lo propusimos a la gente, hilamos muy fino, porque sabíamos que eran músicos que iban a hacer cosas buenas, y así fue. Pero como te digo, no puedo quedarme solo con una, porque me flipa la que hacemos con Camellos, también la de Tito Ramírez, la del Instituto mexicano del sonido, la que hicimos en italiano… la verdad es que estoy muy contento con todas y no puedo quedarme solo con una.

Cumbia, rock, flamenco, techno… siempre ha demostrado una gran inquietud musical sin ceñirse a un solo estilo. ¿Es esa la clave para mantener una carrera larga en la música?

No, cada proyecto es diferente y tiene sus cosas. En mi caso, a mí me gustan muchos tipos de música y en un proyecto personal hay que ceñirse mucho a los gustos de cada uno, todo tiene que tener la visión que tú quieras, manteniendo tu personalidad. A mí me gusta escuchar a Bob Dylan, y también me gusta la música clásica, el techno… y quiero que en lo que yo haga esté representado todo esto, pero yo creo que no siempre tiene que ser así. En mi caso funciona, pero cada artista tiene que tener su proceso creativo.

Casi sin darnos cuenta, ya han pasado más de quince años desde que sacara su primer disco. ¿Qué queda todavía del Joe Crepúsculo de ‘Escuela de Zebras’?

Queda una parte muy importante, que es la intención de hacer canciones y decir cosas. Ahora mismo estoy trabajando en algunos temas nuevos y hay cosas que veo que tienen mucha relación con aquellos primeros discos. Creo que, en mi música, hay una manera de ver el mundo que se representa en las canciones, con esa forma de decir las cosas particular, y con un sentido del humor muy definido. Mientras tenga cosas que decir, seguiré ahí, pero cuando ya no tenga nada que aportar, seguramente recogeré mis cacharros y me haré a un lado.

Jaime ERICE TORÁN

Han sido años de gran desarrollo tecnológico, también en lo musical. ¿Todas estas redes sociales y plataformas de streaming han perjudicado o beneficiado a las y los músicos?

Los que hemos nacido en los 80 tenemos la suerte, o la desgracia, de haber vivido una revolución musical, no solo en la música, con la aparición y el desarrollo de Internet. Todo se transformó de repente y vimos que una industria que funcionaba de una manera determinada, cambió totalmente.

Fue algo muy bestia, porque empezamos con una red social como MySpace, en la que estábamos todos, que luego desaparece para dar paso a Spotify, YouTube… yo pienso que Internet es un arma de doble filo, porque por un lado, tienes acceso a la música de cualquier artista del mundo de cualquier época, pero por otro, estamos en un momento en el que todo el mundo escucha lo mismo. Es bonito pensar que, de alguna manera, nos iguala a todos y que, aunque en realidad no se haga ese uso, todos podemos escuchar cualquier tipo de música en cualquier momento…

…y además, con estos avances, también es mucho más fácil hacer música, ¿verdad?

Sí, es verdad que ahora mismo con un ordenador y un programa puedes hacer un montón de cosas sin tener que pagar un estudio, aunque al final es como lo que hablábamos antes: en todo el mundo se ha configurado una tendencia musical determinada. Pero como te digo, yo quiero pensar que todo esto beneficia a la música… aunque luego no me lo crea (risas).

«Internet es un arma de doble filo: tenemos acceso a la música de cualquier artista del mundo, pero estamos en un momento en el que todo el mundo escucha lo mismo»

¿Qué responsabilidad cree que tenemos los medios en esta ‘uniformización’ de la música?

Bueno, los medios ya tenéis bastante con sobrevivir, y no se puede hacer gran cosa, porque la gente escucha lo que quiere y como quiere. Sí que hay ciertos medios, pero todo está muy configurado desde arriba, que es donde se decide la música que se tiene que escuchar.

En ese sentido, yo tuve la suerte de vivir la música ‘mákina’ y el techno de los 90, y siempre me acuerdo de un detalle de un amigo que tenía contactos con las discográficas: en el año 98 ó 99 me dijo que no hiciera eso, porque lo que se iba a empezar a llevar era el house… y, efectivamente, eso fue lo que pasó, se dio ese cambio del mákina al house, que era importante, porque suponía quitar casi 50 BPMs al estilo musical.

Lo que quiero explicarte con esto es que las decisiones se toman desde arriba, en función de lo que interese que se consuma, de lo que manden las marcas o incluso de que sean artistas que te hagan pensar más o menos. Y la conclusión final de todo es que, en la música, también hay mucha política.

¿Se siente un poco como un superviviente viendo que, con este panorama, sigue teniendo la agenda de conciertos llena y normalmente con todo vendido?

Para mí eso es un regocijo total, jamás hubiera pensado que un proyecto como el mío, que es una locura que, en principio, solo podría gustar a ‘cuatro gatos’, pudiera tener repercusión más allá de mi círculo de amigos de Barcelona. Y sí que todavía me sigue sorprendiendo ver que lo que hago gusta a la gente y que, además, puedo vivir de la música, dar un montón de conciertos, conocer sitios… Todo eso, a su vez, hace que tenga una responsabilidad mayor autoimpuesta, porque quiero seguir haciendo canciones y manteniendo esa llama encendida para responder a toda esa gente, y para ello es necesario trabajar mucho.

«Lo bonito de tocar en salas como el Antzoki es que tienes más tiempo que en un festival, donde todo es más limitado... Habrá tiempo de tocar esas canciones que no se pudieron tocar en el BBK Live»

¿Empieza ya a costar decidir el repertorio de cada concierto, después de tantos años de carrera?

¡Es horrible! (risas). Lo que yo intento hacer es pensar en lo que le gusta a la gente y por eso hago un setlist basado en las cosas que veo que funcionan en directo; así que, normalmente, hago una mezcla de todo. Lo peor es tener que dejar fuera canciones que me gustaría tocar, pero lo bonito de tocar en salas como el Antzoki es que tienes más tiempo que en un festival, donde todo es más limitado… así que, en Bilbao, esta vez habrá espacio para tocar esas canciones que no se pudieron tocar en el BBKLive.

Además, también tendrá que pensar en la gente que le ha visto un montón de veces, para que disfruten cada vez de un show diferente, ¿no?

Esa es la idea, y por eso esta vez voy a ir con Aarón (Aaron Rux) y también llevaremos un percusionista con el que llevamos un tiempo trabajando, para ofrecer, de algún modo, algo diferente que todavía no se ha visto por allí. Siempre trabajo para intentar que los conciertos sean cada vez mejores, y para tocar y cantar cada vez mejor… dentro de las limitaciones que me ha dado la naturaleza (risas).