OCT. 18 2024 - 00:00h La bicicleta, una opción saludable y sostenible Elegida por muchas personas como medio de transporte o como actividad física, pedalear constituye una opción saludable y sostenible que en los últimos años se ha abierto a nuevos públicos gracias a la diversificación de modelos, tal y como constatan en Katea Bike, tienda especializada de Bera. Tanto las personas mayores de 55 años como cada vez más mujeres se han incorporado en los últimos años al deporte de la bicicleta. (Jon URBE | FOKU) Maitane Aldanondo Gabilondo Pedalear tiene múltiples beneficios para la salud, tanto física como mental: aumenta el flujo sanguíneo, reduce el riesgo de infarto, fortalece los músculos de las piernas, disminuye el estrés... Además, no tiene límite de edad ni requiere estar en plena forma física; todo ello sin olvidar que es un medio de transporte sostenible. Tal vez todas esas bondades expliquen por qué cuenta con tantos adeptos. «En Euskal Herria el ciclismo no es una afición, es religión», sentencia Joxemi Irigoien, devoto apasionado y propietario de la tienda Katea Bike en la localidad navarra de Bera. Más allá de su creencia, pone como ejemplo a los comerciales que visitan su negocio. «Alucinan, porque aquí, en el pueblo, si un niño de tres años no tiene bici, raro», asegura, al tiempo que recuerda la cantidad de seguidores que tienen las carreras de categorías inferiores o la proliferación de carriles bici en las ciudades. El próximo febrero cumplirá un cuarto de siglo al frente de este comercio, que cuenta con «toda la gama que abarca el ciclismo actual»: infantiles, de carretera, de montaña, urbanas, gravel o eléctricas. También ropa, accesorios o protecciones. Hasta hace poco también vendía estáticas y de fitness, pero ahora no las tiene en el local. «Hubo una explosión con el covid», pero esa tendencia cambió y en consecuencia «ha bajado su venta, porque la gente ha vuelto a los gimnasios o prefiere hacer deporte al aire libre», explica Irigoien. Diversificación En estos años, Irigoien ha visto que el consumo de bicicletas ha evolucionado por varios factores. Por una parte, las eléctricas han posibilitado a algunas personas volver a subirse a las dos ruedas. «A gente que había renunciado, porque en nuestro territorio todo es desnivel, le ha dado una oportunidad», algo que ha abierto el abanico de edad -que iba de los 10 a los 55 años- desde los 3 a los 85 años. Por otra parte, muchas mujeres se han incorporado a este deporte. «Por fin se han roto los tabús sexistas, están entrando muchas chicas jóvenes, sobre todo en carretera». Así mismo, ha cambiado el mercado, donde las bicicletas gravel han tomado una gran parte, y cada vez crecen más las bicis cargo, «para llevar dos o tres niños o para reparto en los centros de las ciudades donde se está restringiendo el tráfico». Un cambio social que ve «lógico». Una de las virtudes del ciclismo es que cualquiera puede practicarlo. «Si no sabes correr y no tienes un peso adecuado, las articulaciones se resienten. Con la bici no hay impacto y si eres constante, notas que vas a más». A eso hay que sumarle en opinión de Irigoien la sensación de libertad. «En un hora puedes cambiar totalmente de entorno, de la playa de Hendaia venir a Bera y meterte al monte. Es un antiestrés impresionante, si lo sabes gestionar en el sentido de hacer deporte-salud». Lo mismo ocurre para quienes se desplazan en bici por la ciudad: «Me ahorro una pasta en gasoil o ticket de autobús, y encima, voy por donde quiero y como quiero». Pero, ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de escoger la bicicleta adecuada? «Lo primero, no hacerse daño en la cartera, no dejarse llevar», señala. Debe encajar en el presupuesto y en las necesidades, ser consecuente con el uso que se le va a dar. «Si vas a andar por el bidegorri, de paseo, no hace falta una bicicleta con unas características impresionantes, a las que no vas a saber sacar partido». También la talla. «Las bicis son como las zapatillas, si usas un 39, no te vas a comprar un 43… Tiene que ser adecuada para ir cómodo», concluye.