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OSASUNA

Remedios caseros


La salud y su conservación son temas que preocupan a las personas desde el principio de los tiempos. En la actualidad estamos inmersos en una sociedad del bienestar, donde no es bien tolerado sentirse mal, por lo que, rápidamente, buscamos remedios de todo tipo. La convivencia entre la medicina tradicional y la científica es, todavía, evidente, utilizándolas según necesidades, creencias o conveniencias de cada persona.

Sin embargo, ¿cuáles de esos hábitos o costumbres tan comunes, son realmente ciertos y cuáles no? Quizá muchos recuerden a sus abuelas o abuelos, que les decían que un buen remedio casero para el resfriado es tomar un vaso de leche caliente con miel. Antes de tomar esta mezcla deberíamos saber si esta solución es efectiva.

Según un informe de 2010 de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), no se hallaron pruebas que sustentasen los múltiples beneficios que se atribuyen a la miel. Asimismo, la revista “The Journal of Nutrition” concluyó que la miel eleva la glucemia (azúcar en sangre), afecta negativamente al metabolismo lipídico (de las grasas) e incrementa los marcadores inflamatorios al igual que lo hace el azúcar, porque, recordemos, los azúcares representan en la miel del 95% al 99% de sus componentes.

Y, sobre la leche, lo que destacan los especialistas es que ante un resfriado e inflamación de garganta, lo primero es mantener una buena hidratación de las mucosas, preferiblemente con agua y, sobre si frío o calor, los especialistas lo tienen claro, el frío es un analgésico eficaz por lo que, en cuadros infecciosos faríngeos, tomar bebidas frescas nos puede aliviar el dolor y favorecer la deglución. De modo que, un vaso de leche fría puede aliviar el dolor de garganta y aporta algunos nutrientes cuando más incómodo resulta comer.

Tenemos las famosas cucharaditas de Coca-Cola batida (para quitar el gas) cuando tenemos dolencias digestivas como gastroenteritis. No se deben ingerir bebidas azucaradas, puesto que el azúcar que contienen puede empeorar el cuadro diarreico, por eso, tampoco se recomiendan las famosas bebidas isotónicas, pues suelen contener grandes cantidades de glucosa. Tampoco se deben ingerir bebidas con cafeína, ya que pueden causar el aumento del número de deposiciones. Los que mal-recomiendan este famoso refresco contra la diarrea, lo hacen argumentando que, además de agua, la diarrea causa la eliminación de minerales y que la Coca-Cola y otros refrescos, al contar entre sus ingredientes con estos elementos, pueden ser un remedio casero ideal para combatir la deshidratación, aunque declaran, no frena la diarrea. Basta decir que existen sueros en la farmacia para prevenir la deshidratación, al igual que se pueden tomar caldos desgrasados de verduras que constituyen una buena fuente de sales minerales y agua.

Volviendo a los lácteos, hay quien habrá escuchado eso de que no se pueden tomar cuando se tiene catarro e incluso asma, ya que aumentan la mucosidad. Sin embargo, las distintas revisiones realizadas hasta el momento señalan que no hay evidencia científica que avale tales asociaciones y no aconsejan eliminar la leche de la dieta y otros productos lácteos por estos motivos. En estudios llevados a cabo con individuos asmáticos, también se ha concluido que el consumo de leche no produce broncoconstricción.

Por otro lado, los mocos son un mecanismo de defensa de las vías respiratorias contra las infecciones, por lo que, aunque puedan resultar molestos, son una herramienta de defensa muy eficaz. También está el vasito de agua con azúcar para las agujetas. Esta teoría se basaba en la creencia de que las agujetas se producían a causa del ácido láctico y que esta mezcla tan milagrosa como simple, ayudaría a deshacer los cristalitos de ácido láctico y así dar por finalizadas estas molestias. Sin embargo, hace años sabemos que las agujetas no ocurren por esta razón, sino que se deben a microrroturas de las fibras musculares, algo que no puede aliviar el agua con azúcar y que es un proceso fisiológico de adaptación muscular.

Y terminamos este artículo con el ajo, uno de los productos herbales más investigados y vendidos en el mercado, ya que durante siglos se ha utilizado como remedio tradicional para muchos males. Sus propiedades están basadas en la alicina que contiene y que, de hecho, se utiliza para determinados medicamentos. Ahora bien, los ajos por sí mismos no aportan gran cantidad de esta sustancia. Por lo tanto, aunque los científicos reconocen algunos beneficios, como las propiedades antimicrobianas o su extraordinaria composición nutricional (es rico en potasio, yodo, fósforo y vitamina B 6, todos ellos nutrientes relevantes para el correcto funcionamiento cardiaco y el proceso de producción de energía), declaran que es recomendable solo como un ingrediente parte de una dieta saludable.

Incluso la OMS tuvo que lanzar un comunicado alegando que, aunque el ajo puede tener propiedades antimicrobianas, no hay pruebas de que proteja frente a las nuevas variantes del covid. De modo que, aunque existen muchos remedios naturales que usamos de forma casi innata y que no son peligrosos para la salud, no son efectivos para tratar o prevenir la mayoría de enfermedades.