Jone Buruzko
IRUDITAN

Manhattanhenge

Acostumbrados a poner nombre a casi todo, esta imagen recoge el momento del Manhattanhenge, cuando el sol se alinea a la perfección con las calles del famoso barrio de la ciudad de Nueva York en dirección este-oeste. Se trata de un fenómeno que, en el caso de Manhattan, ocurre solo cuatro veces al año, durante dos días a finales de mayo y en otros dos casi a mediados de julio. Siempre se produce alrededor del 30 de mayo –el de esta fotografía– y del 12 de julio, ya que las fechas dependen del solsticio de verano. Desde 2002, el también llamado Solsticio de Manhattan se ha ido convirtiendo en un acontecimiento popular después de que el astrofísico Neil deGrasse Tyson, director del Hayden Planetarium, lo bautizara como Manhattanhenge. Este neologismo está inspirado, al parecer, en el conjunto megalítico de Stonehenge (Inglaterra), donde el sol se alinea con las piedras durante los solsticios. En la Gran Manzana, el resultado actual está a la vista: multitud de personas bajo los imponentes rascacielos intentando capturar el momento en su retina y en su móvil mientras se para hasta el tráfico. Es el poder de las puestas de sol, que siguen cautivándonos en cualquier época y en cualquier punto del planeta. El próximo está al caer: el 12 de julio.