JAVI RIVERO
GASTROTEKA

Cocinar en la naturaleza

El chef de 7K, siempre inquieto e innovador en cuestiones gastronómicas, propone conectar su afición y trabajo con la naturaleza. Literalmente, se trata de cocinar en playas, montes y demás parajes. Si además se surte de productos del lugar, todavía mejor. Anuncia videos e incluye una receta.

(Getty)

Amigos, familia, últimamente no paro de darle vueltas a la idea de lo sobreexpuestos que estamos en redes sociales, el tiempo que malgastamos en ellas y la falta de perspectiva y conexión con lo natural que esto ha generado. Entiendo que la sociedad y la forma en la que esta funciona y evoluciona, nos lleva de manera natural hacia lo “antinatural”, pero es que ha llegado a un punto en el que me agobia de manera que antes no lo hacía. El tiempo que de niños dedicábamos a ir al monte a hacer “gamberradas” ya no existe. Y por muy gamberros que fuéramos, aprendimos que subirnos al roble del casero del quinto pino no era buena idea. Pero ya ahí empezamos a saber algo sobre los robles… Y sí, yo también utilizo las redes sociales, pero me las quitaría si no fuera por trabajo. De hecho, así lo hice y me recomendaron volver a hacérmelas, por el bien del proyecto (AMA). Así será pues…

La cuestión es que uno entra a cualquier red social y esta está llena de gente dando su parecer, su testimonio, su masterclass, su, su, su, su, yo, yo, yo… y en esto se está convirtiendo este mundo paralelo, en un espejo con vistas en el que todos hablan, sobre lo natural, pero nadie conoce la naturaleza realmente. Dar un paseo por el monte y ver a un casero realizando sus labores diarias se ha convertido en parte de un free tour cualquiera. En fin, que cada vez cuesta más encontrar, contenido práctico e interesante sin que alguien aparezca por medio a comentar o dar su parecer sin fundamento alguno. A esto, sumemosle una falta de profundidad en los análisis y los comentarios preocupante.

Amigos, familia, pienso esto, o, mejor dicho, llevo pensando esto de manera más fuerte, desde que inicié uno de los proyectos que más me motiva y que si no lo habéis podido ver ya, pronto lo haréis. Se trata, tras mi retórica, de una serie de videos para redes sociales, cocinando en la naturaleza, en lugares referentes (y algunos, no tanto) de Euskal Herria. Dándoles toda la importancia del mundo a estos y a los recursos qué, en cada uno de ellos, he podido encontrar. Grabar estos videos ha sido una experiencia que necesitaba. Sobre todo, por esta falta de conexión con lo natural, que siempre sorprende. Hemos recorrido muchísimos kilómetros con el objetivo de que en cada video se vea el lugar en el que estamos y poder hacer sitio a la naturaleza y a nuestros txokos más especiales, también en redes sociales. A lo mejor, ¿para qué la gente no se olvide de que están ahí?

Lo he disfrutado, y para que os animéis a buscarlos y verlos por mis redes sociales (los iremos publicando a partir de septiembre y hasta diciembre). Os contaré cual ha sido mi experiencia cocinando en la naturaleza, con la naturaleza. Lo primero de todo ha sido la falta de cobertura, que también ayuda a que el teléfono no interrumpa las grabaciones. Las recetas, todas sencillas, las he podido adaptar para poner en práctica la utilización de algunos elementos naturales que he ido encontrando en cada uno de los lugares.

Por poneros un ejemplo, en la primera jornada de grabación visitamos el flysch de Zumaia, dónde se utiliza el agua de mar a modo de ingrediente. Recolectamos también algunas moras salvajes para preparar un postre al lado del mar o utilizamos el frío del interior de una cueva para enfriar una cuajada. Ha sido brutal y precioso. Ojalá se transmita todo lo que hemos disfrutado en los videos y así lo veáis. Son videos sin voz, dónde la imagen y el sonido natural del entorno y el proceso adquieren todo el protagonismo.

Con todo esto, me vienen algunos temas más a la cabeza que tienen que ver, como no, con las cosas del comer y la naturaleza. Por ejemplo, ¿hace cuánto que un cocinero no da un paseo por su entorno natural o un mercado de producto?, ¿son algunos restaurantes popurri de cosas virales vistas por redes? No lo sé, pero la naturaleza va a seguir estando ahí y es increíble. Mi preocupación es si sabremos disfrutarla el día que la echemos de menos, por haberla ignorado tanto tiempo.

Como respuesta y propuesta a las preguntas y reflexiones que planteo, os propongo un pequeño plan. Daros un paseo por Ernio, Urbasa, Aizkorri, Anboto, Toloño, Lokiz… por la sierra que queráis, analizad en cada uno de los pasos que dais, pensad que podríais preparar con lo que tenéis alrededor y alcanza la vista, como podéis aprovechar los elementos naturales etc… y hacedlo. Llevaros una tabla, un cuchillo o navajita, algunos ingredientes y prepararos lo que haga falta en medio del camino. Disfrutad del proceso de cocinado en un marco incomparable, ambientado como nunca una cocina podrá estar, en medio de la nada, sonando la naturaleza de fondo; viento, tierra, pájaros… y vosotros, conectados al 100% con la cocina. Todo concentrado en un único punto, pues todo lo que rodea la tabla que vayáis a utilizar, ya estaba ahí. Esto es conectar con la naturaleza y cocinar. Os hablo de invadir lo menos posible un territorio en el que se cohabita con otras 1.000 especies, entre bichos, mamíferos y aves, todos compartiendo la cocina desde el sentimiento más primitivo e impulsivo de cualquier ser vivo: el hambre.

Bocadillo con vistas Os juro por Snoopy que este ejercicio me ha dado la vida. Y para que os terminéis de animar a hacer lo mismo, os dejo una receta que preparo en uno de los videos, para la que solo necesitáis lo siguiente: un pedazo de solomillo congelado, una cucharada de mayonesa, otra de mostaza, 3 piparras, 4,5 cebollitas en vinagre, un puñado de ziza horis, pan, aceite y sal. Para preparar esto, un tupper, una tabla pequeña, una navaja y una cucharilla. Podéis llevarlo todo en bolsitas con film dentro de un tupper. El solomillo congelado para que vaya descongelando por el camino y aporte frío al resto de ingredientes, por lo que hay que llevarlo todo junto y bien cerrado.

Una vez en el sitio, picad la carne lo más fina posible, mezcladla con la mayonesa, la mostaza y las piparras y cebollitas, bien picadas también. Poned a punto de sal y aceite y terminad añadiendo unas láminas de ziza hori muy finitas. Mezcladlo todo y metedlo entre pan. Pocos bocatas mejores habréis probado. Y si hacéis bien lo que os digo y ponéis de vuestra parte, seguro que hacéis que sea el bocata con las mejores vistas y entorno del mundo.

On egin! (Naturarekin…)