Gotzon Uribe
Crítico musical
MÚSICA

Dax Riggs

(Andy Sheppard - Redferns | Getty)

Dax Riggs ha pasado gran parte de su carrera navegando entre los mundos del metal, el punk-blues y el rock psicodélico. Es reconocido por sus letras que cuentan historias de otros mundos, sus baladas folk metal y su talento para capturar la belleza en la oscuridad. En sus inicios, su banda de death sludge adolescente Acid Bath se convirtió en culto para unos primerizos seguidores, le siguieron también otros fieles a través del country punk y el garage folk de su banda Deadboy & the Elephantmen y en sus trabajos en solitario. Han pasado 13 años desde el último lanzamiento de Riggs y su paradero ha sido objeto de todo tipo de especulaciones. Tras haber estado trabajando en propuestas que quedan fuera del ámbito comercial, Riggs regresa con “7 Songs for Spiders”, una meditación sobre la vida y la muerte bajo la influencia de las sombras y las tribulaciones de un animal espiritual.

El álbum fue grabado en su estudio en los pantanos del sur de Luisiana junto a su banda, Lucas Broussard (guitarra, sintetizador), Kane Cormier (bajo) y Scott Domingue (percusión). Inspirado por la world music, el góspel y los sonidos del proto-metal, el sonido de “7 Songs for Spiders” es como un sueño pesado.

Los elementos que han guiado a Riggs de vuelta a un sonido más crudo son las influencias como los psicodélicos 13th Floor Elevators, la banda tejana de Houston Josephus o The Troggs. Influenciado por cantantes clásicos indios y el góspel negro por igual, Riggs confiesa: «Mi cerebro nunca volverá a ser el mismo». Hay canciones sobre seres humanos colapsando sobre sí mismos, canciones sobre tener simpatía por el villano, canciones sobre Dios y lo que «los dioses dicen sobre uno mismo», afirma. Son unas composiciones que fueron creadas en su hogar en Acadiana, o país de los cajunes -oficialmente es el nombre que recibe la región estadounidense de Luisiana donde se concentra el mayor número de población francófona-. Una región formada por descendientes de exiliados franceses de Canadá y una zona donde prevalecen historias sobre marginados y una fijación por el arte y la música outsider. «Siempre he sentido una conexión con el espíritu de este lugar. Hay un vacío para la música rock aquí en el “infierno cajún”, así que es el lugar perfecto para ir hacia dentro de ti mismo, donde siempre he ido», asegura Riggs.

Es en este entorno donde Riggs, junto a su banda, exploró un sonido más experimental: mezcla de paisajes oníricos etéreos, voces de otra dimensión y adoración por los sonidos heavys. Guitarras distorsionadas se funden con sintetizadores Moog salpicadas de efectos sonoros. Hay sitio para una balada doom, sonidos que se asemejan al country-western, rock gótico sureño y ramalazos psicodélicos. Todos ellos se funden con unas letras personales que llevan al oyente a descubrir el mundo tan personal de este nuevo trabajo.



Jefre Cantu-Ledesma

Jefre Cantu-Ledesma es un músico y productor conocido por su enfoque experimental en la música ambiental y electrónica. En su más reciente obra, “Gift Songs”, explora una sonoridad más introspectiva, fusionando texturas sonoras delicadas con atmósferas envolventes. El disco es un testimonio de su evolución como artista, donde el uso de sonidos orgánicos y sintetizadores se mezcla con ambientes etéreos que evocan una sensación de calma. Con este álbum, Cantu-Ledesma sigue redefiniendo los límites de la música ambiental contemporánea, invitando a una experiencia auditiva que va más allá de lo sonoro, tocando lo emocional.