Alicia Amatrain en una de las «master class» que impartió en Donostia. Suele dar clase en verano en Valencia. En la imagen que abre la entrevista, posa junto al Victoria Eugenia, el primer escenario al que se subió.

«Para mantenerte, tienes que seguir teniendo el corazón y la cabeza en la danza. El cuerpo, en cierto momento, te puede decir: ‘Se acabó’ y ya está, pero yo creo lo más importante es el corazón y la mente, el que de verdad quieras hacerlo»

«La danza es un oficio difícil, pero si llegas merece mucho la pena. Yo voy de día en día, disfrutando de cada instante, porque pienso: ‘Igual es mi último momento en el escenario’»

«No siento ningún resentimiento ni por el Tambor de Oro, ni por Donostia 2016, ni porque haya tardado ocho años en volver a bailar en casa. Solo quería decirle a Donostia que la quiero y que está conmigo»

La bailarina, que opta al Tambor de Oro de este año, durante la entrevista. En las siguientes páginas, preparándose para la segunda gala de «Donostia bihotzean» y saludando al público.