LETICIA ORUE
TENDENCIAS

El año en el que empezó todo

Aturdidos por la amenaza del “efecto 2000”, en 1999 asistimos balbuceantes (algunos dirían que sin rechistar) a un cambio de milenio marcado por la imparable irrupción de la tecnología en nuestras vidas. Echando la vista atrás, muchas cosas han cambiado, pero otras no tanto, porque las tendencias son cíclicas y funcionan como una espiral que se estira y retroalimenta. En moda, si los 80 fueron excesivos, los 90 se caracterizan por la falta de un estilo específico, consecuencia de la necesidad de materializar el impulso por ser nosotros mismos, por marcar nuestra individualidad a través de la ropa. En suma, por ponernos lo que nos diera la gana, por ir cómodos.

Normal, porque desde que la moda y la producción en masa nos atrapara en sus redes, la postura del consumidor ha sido de lo más pasiva: éramos un perfecto comprador, ávido por la última novedad, feliz de poder acceder a esas maravillas.

Los 90 son un auténtico punto de inflexión que marcan el nacimiento y sirven como germen de varias tendencias que gozan actualmente de una excelente salud y han evolucionado. Igual que nosotros. En este especial, vamos a hablar un poco de ellas, porque echar la vista atrás de vez en cuando siempre viene bien para ver dónde estamos y para interiorizar el camino que hemos recorrido.

 

La moda

¿Os suena la tendencia normcore de un par de años atrás? ¿Os habéis comprado algún ugly shoe? ¿Os suena el look casual? Si os fijáis, el omnipresente chándal que puebla nuestras calles, los chokers en el cuello, la brillantina o los tatuajes son tendencia total. Pues bien, todos ellos nacieron en los 90 y, aunque puedan parecer simples detalles, fueron los primeros brotes que, en moda, representaron el triunfo de la individualidad y la necesidad de ser nosotros mismos. La clase media empezaba entonces a tener control sobre sus decisiones de compra. Esta inocente corriente ha marcado el nacimiento de una tendencia que ha evolucionado hacia la compra consciente o el efecto conscious: nosotros compramos, nosotros decidimos. Resulta difícil elegir pero, tras darle muchas vueltas, como iconos de estilo, gurús de la moda y ejemplo de lo que pasó en esa década… nuestras ganadoras son: ¡las Spice girls! Aunque no podemos olvidar a Gwen Stefani, Winona Ryder, Kate Moss y Naomi Campbell o Courtney Love.

Mientras tanto, el diseño está marcado por navegar entre dos aguas, por la dualidad que caracteriza a esos puntos de inflexión que afloran cuando algo termina y algo nuevo empieza. Podríamos decir que el diseño, en general, confronta el mundo de lo real y lo virtual, la funcionalidad razonada y el gesto ego-decorativo, lo espectacular y el low-design, la neo-modernidad y el refugio en lo clásico. Y todo ello entre la invasión de la alta tecnología y la intrusión del individuo –que tiene cada vez más voz– en una economía interconectada y global, donde esa conciencia va a dar lugar a prácticas más sostenibles que convivirán con el salvaje capitalismo consumista todavía hegemónico.

La ciudad invasora

La “Slice Chair” de Matthias Bengtsson augura una nueva forma de producción, una tecnología imparable que nos va a permitir dominar los materiales a nuestro antojo, producir en nuestras casas, compartir conocimiento y, una vez más, adentraros en terrenos inexplorados y excitantes.

 

La estética pobre o ecolo-chic

La “Vermelha Chair”, de Fernando e Humberto Campana, marcó el nacimiento de una tendencia con la que el diseño vuelve los ojos a la tradición y busca la artesanía.

 

 

Los materiales tecnológicos

Martin Szekely utiliza alucobond (un panel de aluminio multicapa), que se monta mediante plegado y no requiere clavos, tornillos o pegamento. Os sonará de haber visto este material como recubrimiento de fachadas.

 

La impresión 3D

La “Slice Chair” de Matthias Bengtsson augura una nueva forma de producción, una tecnología imparable que nos va a permitir dominar los materiales a nuestro antojo, producir en nuestras casas, compartir conocimiento y, una vez más, adentraros en terrenos inexplorados y excitantes.