La factura del gas natural

E ntender algunas facturas no es tarea fácil y la mayoría de las veces resulta esencial para saber lo que nos cobran. Vamos a abordar el tema empezando por el gas natural, presente en miles de hogares vascos.

Una parte importante en la factura de gas corresponde a impuestos que debemos pagar al Estado español sí o sí. Y es que los impuestos indirectos afectan por igual a todos como consumidores, sea cual sea la renta anual que tengamos. Los precios de la luz y la calefacción en este territorio son de los más altos de Europa y a esto hay que sumarle los gravámenes recaudatorios, especialmente elevados también.

Los datos de facturación y consumo vienen desglosados en la segunda cara de la hoja que nos envían. La parte superior izquierda corresponde al titular del contrato –contador, empresa suministradora, forma de pago...– y, en la parte superior derecha, figura el tipo de peaje de acceso a la red (ATR); es decir, el tipo de tarifa elegida que incluye la cuota destinada al gestor técnico del sistema (0,778%) y la tasa aplicable a la prestación de servicios en relación con el sector de hidrocarburos gaseosos y que va destinada a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) en un 0,14%.

En el epígrafe “Energía” aparecen el término fijo mensual, que es el importe que se paga por tener conexión al servicio; la energía facturada, que es el importe del consumo que se ha realizado durante el período facturado y se obtiene multiplicando el consumo de dicho periodo por el precio del kw/hora de gas; el impuesto sobre gas natural, que se calcula multiplicando los kWh de consumo facturados por 0,00234 €/kWh, lo que equivale a 0,65 €/GJ; el alquiler de equipos de medida que controlan el número de días del período de facturación por el precio del alquiler mensual del contador; y finalmente, el total del coste, donde se recogen los importes a facturar de energía y demás conceptos detallados en los apartados anteriores. Sobre esta suma se aplica el IVA del 21%. En definitiva, se trata de dos impuestos “disuasorios” (el impuesto sobre gas natural y el IVA) para lograr la sostenibilidad energética.