MAR. 29 2020 ARQUITECTURA La ruina como espacio público IñIGO GARCÍA ODIAGA Las ruinas de un centro comercial abandonado son el escenario de la última intervención urbano-paisajística del estudio holandés MVRDV. Estos días en los que el espacio público toma otra dimensión, esta propuesta que transforma en un oasis urbano una antigua construcción parece prácticamente una utopía. Un diseño de espacio público que incluye el reciclaje de un antiguo centro comercial del centro de la ciudad de Tainan, en el sur de China, en una laguna urbana rodeada de plantas, ahora recién plantadas, pero que en el futuro se convertirán en una exuberante jungla, reconectando la ciudad con la naturaleza y su costa. Una red de canales de agua sirvió de base a la industria marina y pesquera de la ciudad desde el siglo XVII, pero en los 80 la ciudad se apartó de este enfoque urbano histórico. El centro comercial se construyó en la parte superior del antiguo puerto, sobre uno de los canales principales, en 1983. De este modo, una gran estructura comercial que ya no cumplía con su propósito se ha convertido en un espacio de encuentro que refleja la vitalidad de Tainan. El centro comercial ha sido retirado en parte, el antiguo nivel de estacionamiento subterráneo del edificio se ha transformado en una plaza pública hundida dominada por una piscina urbana y plantas autóctonas, que queda rodeada por unos soportales, restos de la antigua estructura, que generan un paseo en sombra, además de los accesos desde la calle. La piscina ha sido cuidadosamente planificada para ser un lugar de reunión durante todas las estaciones: el nivel del agua aumentará y disminuirá en respuesta a las estaciones lluviosas y secas y, en los climas cálidos, los rociadores de niebla reducirán la temperatura localmente para proporcionar un alivio a los visitantes reduciendo el uso de aire acondicionado en los meses de verano. Este espacio alberga, además, parques infantiles, espacios de reunión y un escenario para actuaciones. Por otro lado, la deconstrucción parcial de la estructura de hormigón del viejo centro comercial ha dejado una serie de piezas casi escultóricas, pequeños pabellones que, con el paso del tiempo, puedan convertirse en tiendas, quioscos y otros usos de carácter público. Mediante esta adición de usos, el nuevo parque se complejizará y, por lo tanto, ampliará su vitalidad como espacio público. En el fondo, este proyecto de MVRDV defiende una nueva forma de preservar el patrimonio y la historia del lugar, frente al derribo total y la eliminación de cualquier vestigio del pasado. Los cimientos del antiguo centro comercial sobresalen del parque y la laguna, como si de un foro romano contemporáneo se tratase. Otro punto clave de la intervención es la de llevar la vegetación del paisaje cercano al centro de la ciudad. Como resultado, tanto la plaza pública como las calles cercanas ven la introducción de grandes áreas de plantación, que hacen uso de especies locales mezcladas de una manera que emula el paisaje verde natural de los montes del este de Tainan. Un proyecto de jardinería que, con la adición de árboles, arbustos y pastos, proporciona múltiples capas de vegetación. La densidad de estas camas de plantas varía en respuesta a los frentes de las tiendas, proporcionando más espacio para las personas donde es necesario, así como mayor densidad en zonas de estancia. Una vez finalizada la construcción del parque, el diseño tardará otros dos o tres años para que las plantaciones crezcan y den forma al exuberante jardín imaginado en su momento. Transformación. Los efectos de este proyecto ya empiezan a notarse en la ciudad, que vio también la necesidad de replantear Haian Road, una de las calles principales que da acceso al parque. El tráfico en la calle se ha reducido, y los automóviles ocupan ahora un solo carril en cada dirección. Así, todos los suelos de la avenida se han unificado con un único modelo de baldosa, devolviendo ese espacio a los peatones y, al igual que en el parque, la estrategia de plantación continúa con un enfoque abundante y naturalista permitiendo una transición entre ambos espacios. El proyecto aborda una de las características más negativas del lugar, los grandes pozos de ventilación del metro que se introducen en el espacio público desde debajo del suelo. Si bien estos elementos de infraestructura no se pudieron eliminar, se han dotado de filtros, se han elevado y pintado de un color uniforme en un intento de minimizar su presencia visual. Calle y parque se unifican, se reinventan, construyendo un espacio público nuevo, un sitio común donde la vida de los ciudadanos se transforma en lo importante.