Se percibe una tranquila serenidad en las composiciones de Christian Löffler. A menudo, inspirado por el paisaje natural que le rodea, sus huellas tienen el poder de hacerte sentir embrujado. Pero también pueden calmar y consolar, llevándote lejos de cualquier oscuridad persistente. Es este flujo y reflujo frenético lleno de estados de ánimo lo que hace que su nuevo álbum, “Lys”, sea tan especial.

Lo que unifica estas canciones es el proceso que se esconde detrás de ellas. El músico y productor alemán se despertaba muy temprano para salir a correr por los bosques cercanos a su estudio viendo cómo amanecía y la luz iba transformándose. Un elemento metafórico que iba marcando el transcurso del tiempo durante el día, el paso de las estaciones a lo largo de un año y acompañando el cambio constante que percibía en la naturaleza. Observaba la luz filtrándose en su estudio, entre las hojas de los árboles que había fuera proyectando sombras sobre instrumentos y pinturas, dando color a su mundo. Inspirado por la belleza inherente de este proceso, se encontró pintando estos patrones y luego comunicando sus sentimientos a través de su música.

Lanzado a través del sello Ki Records, “Lys” es una magistral historia de amor capturada en una saga dinámica de doce pistas. Aunque aquí no hay una musa de rostro rosado que sirva de inspiración, el álbum es una oda a la forma en que los sonidos pueden alterar nuestros sentimientos. Así se perciben las progresiones de acordes, el rango emocional de los sintetizadores y su manera de orientar la producción a favor del conjunto. Pero lo más importante, es una oda a su país de origen, y la forma misteriosa con la que puede ir cambiando ante sus ojos. «Me di cuenta de que la luz es diferente en el norte de Alemania, y esto se convirtió en un recurso para trazar todo el álbum», señala. Incluso lo tituló así, ya que “Lys” es la traducción danesa de “luz”.

El oyente percibe y siente sus piezas sonoras efervescentes y alentadoras, como en “Versailles (Hold)” o “Bergen”, donde se aprecia su intención de exponer la luz dentro de su arte. Pero sigue siendo una interpretación muy löffleriana de la luz, una que resulta tibia y melancólica, y no totalmente cegadora. También se encuentran pequeñas muestras de oscuridad que se extienden a través de las doce canciones, como en “Noah” y el tema de cierre “Für Immer”. Aún así, a través de las líneas de bajo más oscuras y los sintetizadores, hay una sensación de iluminación, como si algunos rayos de sol se asomaran detrás de las nubes y se asentaran en los acordes, sin dejar que entren de una manera demasiado profunda. Es un baile estimulante, un suave empujón, una atracción entre fuerzas y, como siempre, una inmersión en la mente de Christian Löffler y su manera de usar la música electrónica como catalizador.

CD AIPAGARRIA

Graham Dee

“Carnaby Street Soul West Coast Vibes” • Acid Jazz, 2020 • Folk-rock

El sello londinense Acid Jazz publica un disco recopilatorio de la carrera de Graham Dee, donde repasa la historia de su vida a través del sonido de un excéntrico y encantador músico de los años 60. Trabajó con artistas como Georgie Fame, Elkie Brooks o Mike Berry, por nombrar solo algunos, e incluso reemplazó al ausente Syd Barrett en algunos conciertos de Pink Floyd. Junto a él estuvieron Jimmy Page y John Paul Jones, antes de formar Led Zeppelin. También ejerció de cazatalentos para Atlantic Records y fueron sonadas sus excentricidades en los estudios de grabación.

Las canciones que se recogen en este álbum señalan momentos específicos en la vida de Dee que proporcionan un contexto para el oyente creando un hilo conductor. Actualmente, con 70 años ya cumplidos, sigue en activo grabando, componiendo y sacando discos en solitario.