Gurutze Anduaga
El miedo también se transforma

Terror sobre ruedas

Suena el claxon y comienza el terror. Varios zombies rodean el coche en el que realizas la visita. La sangre corre por el parabrisas. En Japón, un espectáculo en una casa encantada se adapta a la versión sobre ruedas a causa del covid-19, una amenaza más veraz que la de los muertos vivientes que habitan el lugar.

 

Una pequeña compañía de Tokio, Kowagarasetai –grupo que quiere provocar el miedo, así se definen–, ha tenido la idea de este concepto de entretenimiento, después de haberse enfrentado a varias anulaciones de sus espectáculos en esta casa encantada a causa de la pandemia.

Y es que, una atracción de estas características, cumple con todos los requisitos de distanciamiento social: espacios cerrados, personas aterradas sin que haya aglomeraciones y, sobre todo, gritando como si no hubiera un mañana.

«Hemos perdido el 80% de nuestros clientes a causa de la crisis sanitaria», explica Kenta Iwana, actor y productor de esta compañía. «Teníamos preparados incluso espectáculos para la campaña de Halloween, para octubre y noviembre, y estos también han sido cancelados», afirma por su parte Ayaka Imaide, directora de la troupe. «En un momento nuestros ingresos llegaron a ser prácticamente nulos», añade.

Es entonces cuando Kenta Iwana pensó en un espectáculo de terror sobre ruedas, en coches. «Con un dispositivo donde los clientes se quedan en el interior del vehículo y el fantasma viene a asustarles desde el exterior, hemos podido crear una casa encantada donde el visitante puede disfrutar en todo momento sin exponerse a posibles contagios por coronavirus».

En sus vehículos, los espectadores pueden disfrutar de lo que quieran, tranquilos, sin mascarillas. Para acentuar la tensión, se utilizan altavoces en el compartimento de pasajeros para transmitir efectos de sonido y voces grabadas. Este formato puede ser incluso más impactante que una clásica casa encantada, según señala la directora.

Las historias de fantasmas y casas encantadas cuentan con una gran popularidad en Japón, unos espectáculos que tradicionalmente se asocian a la época estival. La razón de esta asociación no tiene una explicación clara. Algunos aseguran que está ligada a la creencia de que los espíritus de los difuntos reviven durante el verano. Otras leyendas afirman que los sudores fríos que provocan estas historias permiten refrescarse durante las cálidas y húmedas noches veraniegas niponas.

Continuar divirtiéndose. Kota Hanegawa, otro actor de la troupe, hace hincapié en la proximidad que permite tener con los espectadores este formato drive-in. «Estamos mucho más cerca de ellos aunque estemos separados por un cristal y a pesar de que debamos respetar el distanciamiento social», asegura mientras muestra su camisa ensangrentada. «Parece una broma que podamos ver las reacciones de los pasajeros tan cerca», afirma.

A juicio de Ayaka Imaide, directora de la compañía, «para muchos la solución sería esperar pacientemente al final de esta crisis sanitaria, pero en lo que respecta a nuestro trabajo y a nuestra pasión, queríamos a toda costa seguir con nuestra casa encantada, desarrollarla en la forma, continuar dando miedo y dar oportunidad a la gente para que continuara divirtiéndose».

El público parece estar seducido. Reciben folletos de la próxima representación de esta compañía. La cita será en un garaje de Tokio este mes de julio. Abróchense los cinturones.