MIKEL INSAUSTI
CINE

«The Hunt»

Será la primera producción de Blumhouse en la que el rey actual del cine terrorífico de bajo presupuesto Jason Blum no rentabiliza su inversión a las primeras de cambio, y es que todavía no ha conseguido recuperar los excepcionales 14 millones de dólares que costó la película. Para una vez que se estira y mete mano a la caja, las cuentas no han salido como de costumbre, pero nadie podrá decir que haya sido por falta de visión u olfato para el negocio, que de eso sigue sobrado, sino debido a imponderables y una serie de circunstancias totalmente ajenas a su voluntad. La cosa ya empezó mal cuando “The Hunt” (2020) no se pudo estrenar como estaba previsto el 27 de septiembre del año pasado, en teoría porque Universal, su distribuidora internacional, se echó atrás al ir a coincidir el previsto lanzamiento con las matanzas de finales del verano en Dayton, El Paso y Gilroy. Se pospuso para el 20 de marzo de este año, y entonces la llegada de la pandemia impidió tomarle el pulso real a la taquilla.

A todos estos problemas hay que sumarle el mayor de todos, ya que la presión política o censura encubierta que ha tenido que soportar este proyecto ha sido una constante. El presidente Trump ha tratado por todos los medios de dificultar su normal ditribución, con críticas feroces alentadas en las redes por sus seguidores. Es de suponer que los creadores de “The Hunt” ya contaban con esto, al atreverse a desarollar un demencial libreto que disecciona a lo bestia la división ideológica en los EEUU y la traslada a un auténtico y nada metafórico campo de batalla.

Puede que al escribir este guion el cotizado y polémico Damon Lindelof estuviese pensando en aquel Sylvester Stallone que hizo del género “survival” una alegoría de la sociedad estadounidense post-Vietnam, con su adaptación de la novela de David Morrell “First Blood” (1982), que le permitió crear su personaje de acción más conocido y destinado a perdurar hasta nuestros días. Lindelof había llamado la atención de Hollywood con la serie de televisión “Perdidos” (2004-2010), que cambió los hábitos y preferencias del público joven. Pero sus posteriores trabajos para el cine cuentan con tantos fans como detractores: “Cowboys & Aliens” (2011) para Jon Favreau, “Prometheus” (2012) para Ridley Scott, “Star Trek: En la oscuridad” (2013) para J.J. Abrams, “Guerra mundial Z” (2013) para Marc Forster y “Tomorrow Land” (2015) para Brad Bird. Con el realizador Craig Zobel, que estudió cine junto al también cineasta independiente David Gordon Green, coincidió en la serie “The Leftovers” (2014), y ahora se han entendido a las mil maravillas en un largometraje de ficción hecho para dar que hablar.

Es posible que la franquicia “The Purge” o el remake estodounidense que Haneke llevó a cabo de “Funny Games” (2007), además del clásico violento de Tarantino “Kill Bill” (2003), con permiso del japonés Takashi Miike, hayan influido en una obra tan destinada a un clímax final guerrero entre dos mujeres de armas tomar, interpretadas aquí por la curtida Hilary Swank y la ascendente actriz televisiva Betty Gilpin.

Lo que queda atrás es un hábil thriller de supense que sabe jugar sus cartas marcadas, e ir despistando a un espectador sobrepasado por la dimensión distópica tan inmediata de lo que está contemplando, algo así como una actualización del clásico en blanco y negro “El malvado Zaroff” (1932), que institucionalizó el tema de la caza humana.

La novedad pasa porque la élite snob caza a paletos votantes de Trump, y para elegir a sus víctimas acudió a los foros de Internet donde se manifestaban de forma racista o machista. Por su parte, quienes cazan pertenecen a la burguesía hipócrita que esconde su verdadero condición clasista mediante un lavado de cara consistente en obras sociales y campañas a favor de la igualdad entre sexos, o la defensa del planeta y de las especies animales en peligro de extinción.