Tokio’2020, Juegos olímpicos en impar
El 2020 estaba programado como año olímpico pero definitivamente ha sido preolímpico, eso sí, un “pre” peculiar y extraño, con multitud de pruebas deportivas suspendidas, entrenamientos a medio gas y mascarillas, un complemento que antes de la irrupción del coronavirus ya utilizaban sobradamente los japoneses –parece una ironía–, anfitriones de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que mantendrán el nombre aunque se celebrarán en 2021 –del 23 de julio al 8 de agosto– y en año impar.
Dicen que el aplazamiento y las medidas anti-covid van a salir por 2.100 millones de euros más de lo esperado, que habría que añadir a los 10.839 millones de euros del presupuesto. Así es la maquinaria del COI y sus comités organizadores. Las últimas encuestas revelan que la mayoría de los japoneses no es partidaria de la celebración de los Juegos, básicamente por motivos de salud y se posicionan por un aplazamiento más largo en el tiempo o directamente por la cancelación.
Si no les hacen caso y siguen adelante, por primera vez desde Sydney'2000 no estará en la piscina Michael Phelps, el deportista más laureado de la historia olímpica con sus inalcanzables 28 medallas, 23 de ellas de oro. Tampoco Usain Bolt, el atleta jamaicano sin sustituto en el territorio de la velocidad que animó como nadie dentro y fuera de las pistas. De los tres grandes, por eso de que el atletismo, la natación y la gimnasia artística, por este orden, son los deportes olímpicos por excelencia, únicamente queda en escena Simone Biles, quien lloró el día que se confirmó el aplazamiento porque su intención era retirarse tras el fallido Tokio’2020 y ha tenido que prolongar su carrera deportiva una temporada más. Llegará a la gran cita con 24 años, una edad casi prohibida para la complicada y demoledora gimnasia, pero no para la de Ohio, que en la vida ha superado situaciones más duras que sus ejercicios imposibles.
Pese al covid-19, esta temporada algunos han rozado la perfección necesaria para lograr récords del mundo: el sueco Duplantis, el “Mozart de la pértiga”, el ugandés Cheptegei y la etíope Gidey. La natación ha limitado sus plusmarcas al relevo mixto con sello chino, un buen presagio para Tokio con equipos mixtos en unas cuantas disciplinas. Aprovechando que juegan en casa, el karate se estrena en el programa aunque no se mantendrá en París'2024; sí lo harán otros debutantes como el surf, la escalada deportiva y el skate, un guiño a la juventud y una apuesta por las audiencias. Entre los 11.092 participantes habrá unos cuantos vascos: la piragüista Maialen Chourraut pretende defender el oro de Río, mientras Elena Loyo acaba de conseguir la marca mínima para el maratón y debutará en unos Juegos a los 38 años. Desde lo más alto del podio o la clasificación ambas acarician el “sueño olímpico”, el mismo que persigue con ahínco un invidente irlandés que desde su piscina de madera se preparaba este verano para los Paralímpicos que se esperan disputar del 24 de agosto al 5 de septiembre .