Karima Walker

Debajo del cielo de Arizona, en Estados Unidos, vive la artista multidisciplinar Karima Walker. Al igual que el director de cine Terrence Malick creaba lazos físicos entre la naturaleza, la propia vida y la espiritualidad en su épica película de 2011 “El árbol de la vida”, la música de Walker bien podría encontrarse en esa línea, impregnada del estilo de Malick y de su propia visión compositiva donde las canciones están vinculadas con la naturaleza. Sus temas van fluyendo y, de alguna manera, se sitúan en esos parámetros donde las sensaciones del oyente al escucharlas flotan entre una nebulosa de sueño y vigilia.

La artista de Tucson ha cultivado durante mucho tiempo una dualidad dentro de su trabajo como músico, desarrollando su propio lenguaje sonoro como diseñadora de sonidos junto con su oficio de cantante y compositora. La polaridad dentro de su música nunca ha sido explorada de manera tan articulada como en su nuevo álbum, “Waking the Dreaming Body”.

La continuación de su trabajo de 2017 “Hands In Our Names”, fue escrita, interpretada y diseñada en su totalidad por Walker, con la excepción del bajo de C.J. Boyd en la canción “Window I.” Sin embargo, producir el álbum por su cuenta no era el plan original. Una enfermedad repentina la obligó a cancelar las sesiones de grabación en Nueva York, y poco después la pandemia descartó la posibilidad de regresar. De tal manera que fue completando el disco en su improvisado estudio casero en Tucson. Pasó los meses siguientes grabando y procesando sus autodescritas “sesiones desordenadas” con arreglos densamente armónicos de sintetizador, guitarra, piano, percusión, grabaciones de campo, loops de cinta y su propia y dulce voz.

«Buscaba hacer arreglos que se expandieran en ciertos momentos y apenas se mantuvieran unidos en otros, moviéndome con mi respiración y otros ritmos, conectando mi cuerpo con el mundo natural. En última instancia, buscaba reconstruir mi narrativa personal». El resultado final es una narración de sueños de 40 minutos que oscilan entre las ricas texturas de sus composiciones ambientales –como en el instrumental “For Heddi”–y la melodía y poesía de sus composiciones melancólicas con tintes americanos –“Reconstellated” y “Waking the Dreaming Body”–.

A lo largo de todo el álbum el diseño de sonido de Walker evoca la delicadeza, la grandeza y la aterradora enormidad del suroeste de Estados Unidos. El oyente cierra los ojos mientras escucha “Horizon, Harbour Resonance”, la canción instrumental de trece minutos que se encuentra en medio del álbum, y con la que se puede sentir el cambiante paisaje desértico, el lento desfile de sombras sobre la tierra rojiza y, retrocediendo en el tiempo, las atronadoras erupciones de antiguos volcanes que empujaron las montañas de Tucson hacia el cielo.

CD AIPAGARRIA

Manchester Orchestra

“The Million Masks of God” • Loma Vista, 2021 • Pop-rock

El sexto disco de Manchester Orchestra, “The Million Masks of God”, muestra una fuerza e imaginación que traspasa los límites de la discografía de la banda. El álbum es un testimonio del parentesco del dúo de compositores Andy Hull y Robert McDowell; un vínculo que les permitió tomar una experiencia profundamente personal y convertirla en un arte revelador. La banda se dispuso a ir más allá del alcance y los límites de sus álbumes anteriores y se centraron en crear un disco cinematográfico, una experiencia inmersiva. Producido junto al destacado Ethan Gruska (Phoebe Bridgers, Fiona Apple), la combinación está llena de una sinergia orgánica y vigorizante. El resultado es un álbum poderoso y el más desarrollado de su carrera en cuanto a sonido. Sigue las pautas que les caracterizan, épico y embriagador en su concepto que se va desplegando a través de un mundo de instrumentación exuberante y en constante expansión.