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SORBURUA

En el jardín anfibio


El ambiente anfibio de un estanque atraerá espontáneamente en unas semanas a toda una cadena alimenticia. No es necesario más que un metro de estanque para crear este remanso acuático, con tal de que en verano no se seque y mantenga al menos 10 cms de profundidad. En seguida vendrán las libélulas, que se apoyan en las hierbas altas de los bordes del agua y a las que les gusta el agua poco profunda. Sus larvas pueden vivir tres años y para satisfacer sus necesidades alimenticias son temibles depredadoras. La libélula Anax imperator tiene una envergadura de hasta 11 cms, con una visión de 360°, auténticas carniceras que pueden comer hasta pequeños animales acuáticos. Las libélulas son de gran importancia ecológica porque reflejan la salud de los sistemas acuáticos. No pican a los humanos y son depredadores que controlan moscas y mosquitos como el que transmite el dengue.

Parecidas a las libélulas, el elegante Zygoptero o caballito diablo azul, de alas transparentes, se alimenta de la vegetación sumergida y hasta de pequeños invertebrados. Es curioso observar sus acrobacias en el momento del acoplamiento. El Notonecta o chinche de agua nada de espalda y caza a sus presas, otros insectos acuáticos, nadando a toda velocidad; solo su presencia disuade a los mosquitos de poner sus huevos. Le gustan las aguas algo estancadas. El Dyptique o tigre de agua es un experto escarabajo; nadador y buceador de 3 cms por la noche vuela de charco en charco. Cazador voraz con pinzas en la cabeza, parecido al camarón, sólo tiene como rival a las temibles larvas de libélula a la hora de alimentarse.

En la orilla del estanque encontramos el tritón, otro depredador acuático que pasa desapercibido y al que solo le gustan los estanques con agua sin contaminar. La salamandra prefiere los bosques húmedos y las aguas limpias y calmas para poder reproducirse mientras las ranas, a las que oímos croar, y las ranitas verdes suelen camuflarse con la vegetación.

Sin embargo, entre el exceso de pesticidas que polucionan el agua, la desaparición de charcas y láminas de agua y la introducción de especies invasivas, este ecosistema anfibio corre peligro sobre todo entre los batracios ya debilitados por las enfermedades y la polución.