Berta Garcia
CONSUMO

Cambia el IVA de las importaciones

Las reglas del IVA aplicables a la Venta a Distancia y, de forma más general, al comercio electrónico transfronterizo, se han modificado radicalmente este verano con la entrada en vigor de nuevas directivas para todos los países de la Unión Europea (UE). Es decir, de forma coloquial, para nosotros como personas consumidoras se ha suprimido la exención del IVA a los productos importados, sobremanera a todo producto de países ajenos a la UE. Y la pregunta es: ¿cómo nos afecta?

Los bienes procedentes de fuera de la Unión Europea (o de territorios en los que no se aplica el IVA, como Canarias, Ceuta o Melilla) están obligados a pagar el IVA y los aranceles correspondientes cuando pasan por la aduana. Hasta ahora los productos adquiridos por internet con un valor de hasta 22 euros estaban exentos de IVA, y, si no superaban los 150 euros, no pagaban aranceles. Pues bien, en la actualidad todas las mercancías importadas en la UE están sujetas a IVA. Esto garantiza que los productos de fuera de la UE ya no tengan un tratamiento preferente, a efectos del IVA, en comparación con las mercancías compradas dentro de la UE.

Esta clara medida recaudatoria es buena, ya que restablece una competencia justa entre los actores del comercio electrónico de los mercados europeos y extranjeros, así como entre el comercio electrónico y las tiendas tradicionales, lo que es aún más importante en el contexto de la crisis de la pandemia. Queda por ver el comportamiento de las plataformas o empresas importadoras encargadas de poner el producto a la venta en la UE, porque es cierto que hasta ahora les había ido de perlas declarando mercancías por debajo de los 22 euros pero con costes más altos, y con el consiguiente perjuicio a las empresas europeas.

En cuanto a los aranceles, en la compra superior a 150 euros la cosa no cambia y, al pasar por aduana, hay que pagar los aranceles. Correos o la empresa de mensajería se encargan de tramitar el Documento Único Administrativo (DUA) de Importación y el IVA, que repercuten al consumidor junto a su comisión por la gestión de dichos trámites. Otro cantar será que el propio consumidor se encargue de la tramitación y se pueda ahorrar unos pocos eurillos.