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SORBURUA

Otros tejidos vegetales


Conocemos el lino y el algodón desde hace 8.000 años. Sin embargo, desconocemos tejidos de fibras vegetales procedentes de otras culturas que la industria utiliza ahora mezclados con fibras sintéticas, poliéster o nylon. El kapok se extrae de un árbol gigantesco de Indonesia, Sri Lanka y América del sur, Ceiba pentandra, que puede alcanzar 70 metros de altura y sus raíces, una profundidad de 50 mts. La ceiba produce unas vainas de 15 cms que contienen las semillas rodeadas de una fibra esponjosa de color amarillento, el kapok. Se utiliza para rellenar almohadas y colchones.

En la cultura asiática, el bambú sirve para todo, desde la construcción a la fabricación de vestidos. Después de triturar y fermentar los tallos del bambú, se consigue una pasta que ya seca se puede hilar, teñir y tejer. Además de resultar un tejido muy suave, es un bactericida natural debido a la molécula Kum contenida en el bambú que se trasmite a la ropa. Resulta apropiada para la fabricación de ropa de bebé. En Okinawa, las mujeres después de los trabajos del campo se reúnen en “auzolan” para realizar un trabajo muy laborioso y totalmente artesanal, fabricar el tejido bashofu.

Las fibras se extraen del ibo-bash, un platanero japonés. Hay que cocer los tallos con ceniza para desprender las fibras, teñirlas de colores índigo y marrón que se extraen de plantas de las montañas cercanas y, por último, tejer. Los dibujos siguen patrones tradicionales. Con el tejido bashofu se confeccionan kimonos para la vida cotidiana, son frescos y muy apropiados para el verano.

El exquisito kasuri es también un tejido japonés, fabricado con algodón, cáñamo, seda y fibras de orquídea. Son especiales por sus colores y los dibujos que resultan de técnicas muy complejas y matemáticas. Por ser un trabajo artesanal, el precio del kasuri resulta muy elevado. Actualmente su elaboración es industrial.

Con otras fibras como yute, esparto, sisal, se fabrican alfombras y telas. Con Cannabis sativa, de la familia de la marihuana pero sin sus propiedades psicotrópicas, Levi Strauss fabricó los vaqueros de los buscadores de oro en California, con 100% de cáñamo.