Esta ley regulará diferentes ámbitos del sector inmobiliario como ayudas al acceso a la vivienda, regulación de los desahucios, creación de la vivienda asequible o la limitación de los precios del alquiler en “zonas tensionadas”.

La Ley es una novedad porque supone la primera de esta índole para adaptarse a los tiempos actuales. Y no ha sido por falta de intentos, sino de acuerdos, ya que el mundo de la vivienda cuenta con fuertes intereses en muchos sectores a los que no les va la palabra “regulación”. Caso distinto a la hora de regular que sí han mostrado algunas Comunidades Autónomas por el tema competencial (por ejemplo la CAV) que, una vez subsanado por intervención del Consejo General del poder Judicial dándoles la razón, han dado luz verde a la Ley.

Los principales ejes o claves a destacar de esta nueva ley, y a modo de resumen, son:

1. Creación de la vivienda asequible incentivada.

2. Creación de un fondo social de vivienda.

3. Imposibilidad de cambiar la calificación de vivienda pública.

4. Ventajas fiscales para pequeños propietarios para bajar el precio de alquiler.

5. Alquileres públicos en las nuevas promociones de viviendas.

6. Impuestos para las viviendas vacías.

7. Limitación del alquiler a viviendas de grandes propietarios.

8. Regulación de los desahucios.

9. Definición de zona de mercado tensionado.

El tiempo dirá si la Ley cumple con el marco u objetivo principal del cambio que es blindar la función social que debe de cumplir la vivienda y responder a las necesidades de las personas y los hogares con más dificultades de acceso, como los jóvenes, que han visto limitada su capacidad de poder emanciparse. Como toda ley, que casi nunca es perfecta, tiene sus detractores y adalides, y cada uno airea sus posiciones.