El sentido del arte
El arte contemporáneo está plagado de sentidos. Puede ser un espacio de contemplación, pero también de lucha y reivindicación. Como cualquier estrato de la cultura, sirve para dar voz, visibilizar y arrojar luz y también para enunciarse, reivindicarse y mostrar. Sería absurdo pensar que el mundo sólo puede entenderse de una manera o que la vida está hecha para vivirla bajo una forma concreta. Cualquier reflexión que pase por aceptar estos convencionalismos estará condenada a no comprender jamás que más allá de los grandes discursos y los criterios que rigen la normalidad, existen en los márgenes muchas otras maneras de estar en el mundo. Nos referimos a los márgenes por el hecho de no estar situadas en el centro. Por encontrarse fuera de las comodidades privilegiadas que se aceptan sin repensar y que automáticamente se erigen como un arma arrojadiza contra aquello que no se quiere entender.
En este sentido, el arte es una herramienta de doble uso. Por un lado, porque como espacio de expresión libre, permite vehicular posiciones e historias que responden a múltiples subjetividades. Por otro, porque como público, encontramos la oportunidad de acercarnos a relatos y narraciones que nos interpelan frontalmente, cuestionando todo aquello que creíamos fijo y estable y revolviendo la apacible calma de nuestra mentalidad.
El pasado 10 de marzo, Azkuna Zentroa Alhóndiga de Bilbo, inauguró la que sin duda ha sido una de las apuestas más contundentes de este año 2022. Se trata de la exposición que corre a cargo de la dupla artística Cabello/Carceller (París 1963/Madrid 1964) y que cuenta con la batuta comisarial del filósofo y escritor Paul B. Preciado. “Una voz para Erauso. Epílogo para un tiempo trans” es uno de los eventos más recomendables de estos días y sin mucho riesgo a equivocarnos, creemos que será recordado durante mucho tiempo. La figura de Catalina de Erauso, original de Donostia sobre 1588, es la protagonista del hilo narrativo de la muestra. Durante su vida reivindicó una identidad masculina, vistiendo y ejerciendo como soldado, dedicación que le valió un permiso papal para mantener la identidad elegida. Esta interesante figura, plagada de claroscuros, articula gran parte del proyecto que tiene como plato fuerte la instalación central. Un vídeo proyectado en una amplia sala oscura sobre dos pantallas de gran tamaño en la que tres personajes trans no binarios, se dirigen a Erauso a través de diferentes preguntas sobre clase, género, raza o cuerpo. La música realizada por la compositora Mursego, funciona como voz para Erauso que responde a las cuestiones lanzadas. La muestra cuenta además con un diseño espacial que nos permite diferenciar muy bien la pieza central y su proceso de investigación así como otras obras anteriores que aparecen en habitaciones a las que accedemos a través de unos pasillos forrados de fieltro gris iluminados de manera precaria por unos focos que cuelgan del techo.
El pasado 8 de abril, el Centro Museo de Arte Vasco ARTIUM de Gasteiz, inauguró una exposición individual de la artista Erlea Maneros Zabala (Bilbo, 1977) quien estuvo realizando una residencia en el propio centro desde enero. Hasta el próximo 18 de septiembre podremos ver la propuesta que se presenta bajo el título “The voice of the valley” que reúne una serie de trabajos realizados en los últimos cinco años. En sala, encontramos piezas de corte escultórico, instalación, fotografía y técnicas gráficas. Nociones que profundizan en la producción de la imagen, desde la autoría, las formas de distribución o las formas de representación, son algunas de las líneas que estructuran el trabajo de Maneros.