Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
CINE

«The Banshees of Inisherin»

A propósito del estreno de “The Forgiven” (2021), ya hablamos de la competencia fraternal entre los McDonagh y sus respectivas carreras por separado, y de momento el pequeño Martin lleva ventaja al mayor John Michael, ya que sus películas acumulan más premios y reconocimientos. Viene siendo así desde que debutó con “Escondidos en Brujas” (2008), que le valió un BAFTA al Mejor Guion Original, mientras que Colin Farrell se llevaba el Globo de Oro al Mejor Actor. Con su siguiente “Siete psicópatas” (2012) tuvo la oportunidad de manejar un reparto estelar de Hollywood con Colin Farrell, otra vez, además de Sam Rockwell, Christopher Walken, Woody Harrelson, Tom Waits, Abbie Cornish y Olga Kurylenko. Podía pensarse en un pequeño paso atrás, dada la dificultad que entraña superar un primer largometraje tan brillante como el suyo, pero con su tercera realización iba a llegarle la consagración definitiva. “Tres anuncios en las afueras” (2017) obtuvo dos Óscar para Frances McDormand como Mejor Actriz y para Sam Rockwell como Mejor Actor, cuatro Globos de Oro, cinco BAFTA, el Premio del Público en el SSIFF, el de Mejor Película en Toronto y el de Mejor Guion en la Mostra de Venecia. Y de vuelta a Venecia con “The Banshees of Inisherin” (2022) ha repetido de nuevo el premio al Mejor Guion, a la vez que su predilecto Colin Farrell se ha hecho con el de Mejor Actor.

Colin Farrell hace la que posiblemente sea su interpretación más trabajada, como un lugareño de la isla irlandesa de Inisherin de pocas luces y enorme corazón, apegado al medio rural. Las relaciones son difíciles en este apartado rincón con muy escasa población, lo que hace que la amistad sea un poco la razón de ser para este personaje llamado Pádraic Súilleabhain.

Mantiene un duelo actoral de altura con Brendan Gleeson, y ambos son dirigidos por un Martin McDonagh que les conoce muy bien. Aquí su oponente, de nombre Colm Doherty, aparece como un tipo más culto, simplemente por ser músico, aunque tiene un carácter más difícil y menos conciliador, que les creará problemas.

Un buen día, Colm le hace saber a Pádraic que rompe de modo unilateral con su amistad de años, sin darle mayores explicaciones. Cuando Pádraic le pregunta por los motivos, Colm se limita a contestar que su amistad es muy aburrida. Aparentemente, dicha reacción no tiene sentido alguno, puesto que la vida en Inisherin ya es de por sí monótona, y siempre acaban en el pub local bebiendo cantidades ingentes de alcohol. La situación es absurda puesto que están condenados a verse, y no puede haber ninguna medida de alejamiento entre ambos.

El quid de la cuestión está en que Colm chantajea emocionalmente al bueno de Pádraic, puesto que para evitar todo posible contacto, le advierte de que si se dirige a él, si le habla, cada vez que lo haga se cortará un dedo. De esta forma no le deja opción, puesto que Pádraic sí quiere a Colm, y por nada el mundo le causaría el más mínimo daño. Así que no sabe cómo salvar su vieja amistad.

Si pensamos en Inisherin como en un lugar mítico para el cine a la manera de Innisfree, no cabe duda de que estamos ante la película más conscientemente fordiana del pequeño de los McDonagh, y que en consecuencia “El hombre tranquilo” (1952) aparece como su gran y principal referencia, tanto en lo tocante al costumbrismo irlandés como al amor por un tipo de cine que habla de una tipología tan tosca como entrañable.

La diferencia se halla en que Martin McDonagh siente una especial querencia por la comedia negra, y que a pesar de que su nueva película esconde un tremendo drama, no faltan los apuntes humorísticos que nacen de la risa desesperada. Describe ese punto intermedio de una borrachera en la que se pasa del llanto a la carcajada con suma facilidad. A fin de cuentas, el valor de la amistad es puesto a prueba, frente al sinsabor de una existencia rutinaria.