Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
CINE

«Emancipation»

Tal vez ni se vaya a ver en salas de cine, porque la película “Emancipation” (2022) se estrena en la plataforma Apple Tv, que pagó 130 millones de dólares por los derechos de la producción en una subasta frente a los grandes estudios de Hollywood. Aunque para competir por los premios anuales basta con que tenga un falso estreno cinematográfico en algún que otro local de exhibición, las opciones de que opte a los Óscar parecen reducirse, siendo el mayor perjudicado su protagónico Will Smith. Su interpretación contaba en principio con todas las papeletas para una nueva nominación al Óscar de Mejor Actor, pero no hay que olvidar que la Academia de Hollywood lo sancionó por diez años, lo que significa que, en caso de ganar la estatuilla dorada, no podría ir a recogerla, porque la entrada a la ceremonia la tiene prohibida. No obstante, y aun reconociendo su excelente trabajo interpretativo en “Emancipation” (2022), más de carácter puramente físico que dramático, es difícil que sea tenido en cuenta esta vez, tras malograr con su pésima actitud el reconocimiento logrado la pasada temporada por su rol paterno en “El método Williams” (2021).

Está claro que Will Smith no siempre toma las mejores decisiones para su carrera profesional, ya que es sabido que en su día rechazó protagonizar para Quentin Tarantino “Django desencadenado” (2013), y el que después haya aceptado otro papel similar de esclavo liberado dentro del mismo contexto histórico racista del Sur de los Estados Unidos, lleva a pensar en cierto arrepentimiento, y en que no ha querido dejar escapar una segunda oportunidad. Pero la diferencia, con todos los respetos para el afroamericano Antoine Fuqua, es que no es un autor tan cotizado como el otro.

Las películas de Fuqua no son de las premiables, porque es un director de género, casi de serie B, campo en el que logró la obra maestra “Training Day” (2001), protagonizada por su actor predilecto Denzel Washington, y que puso el techo a una filmografía que ya no ha brillado a tanto nivel. Prueba de ello es la franquicia “The Equalizer”, que el próximo año tendrá una nueva tercera entrega, siempre con Denzel Washington al frente.

La crítica le ha reprochado en “Emancipation” (2022) la tendencia al uso de drones para las tomas aéreas, así como otras técnicas propias del cine de acción más urbano que practica habitualmente, y que no casan con el estilo ambicioso de la fotografía del veterano Robert Richardson, que se acerca al blanco y negro en su deliberada falta de color, pasando por las tonalidades sepia de las postales antiguas. Una elección estética plenamente justificada debido a que la película es la historia de una famosa foto, la de un esclavo anónimo que muestra su espalda llena de marcas, llagas e impactantes cicatrices, convertida en todo un símbolo de la realidad del racismo sureño.

En la ficción el mítico personaje recibe el nombre de Peter y se le concede un origen haitiano, motivo por el cual en la versión original Will Smith habla con ese acento. Vive en una plantación de Louisiana con su mujer y sus cuatro hijos, hasta que es separado de los suyos y confinado en un campo de trabajo del ejército confederado.

Peter al principio, como el resto, se resigna a su suerte, al desconocer el avance de las tropas del Norte. Cuando, por casualidad, tienen conocimiento de ello, inician una huida a través de los pantanos, perseguidos por el cazador de negros al que da vida Ben Foster. La mayoría mueren por el camino, y Peter resiste gracias a su conocimiento del terreno, llegando incluso a luchar con un cocodrilo.

De ahí que se haya calificado a la película como un cruce entre el “survival” y el drama histórico de denuncia, recordando en la parte de relato de supervivencia al mexicano Alejandro González Iñárritu y su “El renacido” (2015), y en la otra al afrobritánico Steve McQueen y su “12 años de esclavitud” (2013). La violencia aquí es todavía más explícita, con escenas bélicas de auténticas masacres.