JAN. 29 2023 PANORAMIKA Desde los márgenes Iker Fidalgo Hace tiempo que asumimos que el mundo que habitamos está cubierto por una pátina a la que nos referimos como globalización. Si bien este concepto estalló en los años noventa, son muchas las teorías y las firmas que lo han estudiado, promoviendo análisis que han marcado la manera de entender el comportamiento social del planeta. Este fenómeno, que habitualmente se refiere a la caída de las fronteras en las transacciones comerciales, afectó de lleno a la forma de construir nuevas relaciones culturales. El triunfo de los discursos mayoritarios en detrimento de las subjetividades más pequeñas es tan solo una de las consecuencias de un mundo interconectado. Más adelante, la explosión tecnológica y su accesibilidad contribuyeron a conformar nuestro presente, marcado por un contenido (imágenes, vídeos, noticias…) en constante crecimiento. Nuestros dispositivos redujeron su tamaño y, como si de una prótesis se tratara, nuestros smartphones se convirtieron en pequeñas ventanas a este universo. En nuestro bolsillo caben aquellos acontecimientos que marcan el devenir de nuestra vida. En toda esta vorágine imparable, el arte sobrevive como un ancla a las cuestiones vitales que nos mantienen a flote. Frente a las realidades homogeneizadas y las vidas hechas en serie, la creación sigue siendo un espacio para la disidencia y la ideación de posibilidades que ocupen y reinventen los márgenes. “La textura de las promesas” es el título de la exposición que se inauguró a finales de noviembre en la sala Kutxa Kultur Artegunea en la planta baja del edificio Tabakalera de Donostia. Hasta el 19 de febrero podremos acercarnos a esta muestra colectiva coordinada bajo el comisariado de Alejandro Castellote. El título alude a la necesidad de cuestionarnos las imágenes a las que nos enfrentamos. La fotografía, llamada en origen a representar con fidelidad, es un campo en el que la subjetividad se desenvuelve hacia la potencia de lo poético. Es por eso que los significados nunca son únicos ni necesariamente accesibles en un primer vistazo. La experiencia de la propia observación nos ayudará a desvelar las conexiones que la obra nos propone. Para esto, la sala donostiarra plantea un recorrido por el trabajo de ocho artistas provenientes de distintos puntos de Asia como China, Japón, Singapur, India y Corea del Sur. Las trayectorias de JI Zhou (China, 1970), Wang Juyan (China, 1993), Woong Soak Teng (Singapur, 1994), Gao Bo (China, 1964), Takahiro Mizushima (Japón, 1988), Sukanya Ghosh (India, 1973), Weixin Chong (Singapur, 1988) y Bohnchang Koo (Corea del Sur, 1953) nos revelan diversas sensibilidades y maneras de trabajar. A través de su producción accedemos a otros lugares que presumiblemente analizamos desde miradas estereotipadas y clichés culturales. “La textura de las promesas” es un desafío a rascar las capas externas de lo que vemos para adentrarnos en caminos mucho más complejos. Sospechar de las primeras conclusiones y profundizar en los trabajos de estos artistas será el ingrediente indispensable para afrontar nuestra visita. “Insuladas” es el título de la exposición que inauguró a mediados de enero Irene Larrañaga Arruti (Azpeitia, 1972) en la sala Nautilus del Aquarium de Donostia. Hasta el 12 de marzo podremos conocer el trabajo de la fotógrafa que presenta una serie de mujeres protagonistas de un entorno, la isla de Formentera. El proyecto se acerca a retratar los modos de vida abrazados por cada una de ellas. Una vida elegida como una reivindicación de otros mundos posibles. El blanco y negro, una constante en el revelado de las piezas, nos permite adentrarnos desde lo íntimo en texturas, contrastes y detalles de los paisajes. La sensibilidad de las fotografías nos ofrece perdernos entre recovecos y rincones mientras las obras, de diferentes tamaños, se relacionan en series de dos, tres o más elementos. Entre las líneas de los cuerpos y la grandeza de los horizontes encontramos unos ojos que parecen dirigirse al público que las mira. Nos topamos frente a frente con sus caras para encontrar en ellas la razón de sus gestos: la satisfacción de una identidad conquistada.