7K - zazpika astekaria
CINE

«Godland»

Elliott Crosset Hove encarna al joven pastor Lucas en “Godland”, película que resultó premiada en la sección Zabaltegi-Tabakalera del último Zinemaldia.

Lo de que la naturaleza puede ser abrumadora, a Matthías Jochumsson le quedó diametralmente claro. Este pastor del siglo XIX se había propuesto expandir una visión liberal y relajada del luteranismo por los enclaves rurales de Islandia, por lo que emprendió un viaje hasta los remotos fiordos occidentales… justo coincidiendo con uno de los inviernos más duros de la historia del país. Al volver, escribiría el poema “Volaða land”, “tierra miserable”, donde llamaba al paisaje humano y natural de todo menos bonito. Lo acusaron de antipatriota (fue cancelado) así que, para recuperar su imagen, poco después escribiría otro poema, ahora optimista y complaciente, que aún hoy es el himno nacional.

Inspirándose en su periplo, el islandés Hlynur Pálmason escribe y dirige la historia del joven pastor Lucas (Elliott Crosset Hove), que parte con la mejor de las intenciones hacia las entrañas del país y, ya dentro del corazón de las tinieblas (casi como en la novela de Joseph Conrad), se da dolorosamente de bruces contra su condición irrevocable de turista. Lo guía el taciturno Ragnar (Ingvar Sigurdsson), que no hará el mínimo esfuerzo para hacer sentir mejor al “guiri” frente a los escollos realmente peligrosos en los que les mete.

Hlynur Pálmason, al que ya apodan “el nuevo Ingmar Bergman”, alterna entre compartir la fascinación del pastor por el universo que lo rodea y reírse del hombrecillo que trata de amansar, con la razón la inmensidad de la naturaleza islandesa. Para Pálmason, que vive en Höfn, un pueblecito de apenas 2.000 habitantes en el sureste de la isla, el viaje de Lucas ha servido para visitar con ojos nuevos su espléndido -salvaje y apabullante- jardín trasero… Sobria, áspera y sin una pizca de pomposidad, “Godland” encapsula el vértigo ante un valle profundo o una alta montaña. Habla a nuestra pequeñez (y qué hacemos con ella).

La película fue rodada muy cerca de allí (de hecho, las gallinas del propio Pálmason tienen un cameo estelar), con un reparto en el que repite su hija (Ída Mekkín Hlynsdóttir), la niña de “Un blanco, blanco día”, película que encumbró al cineasta en festivales allá por 2018. También quien hacía de su padre, Sigurdsson, el rostro islandés más exportado de los últimos años y al que habremos visto los hoyuelos en “El hombre del norte”, “Killing Eve” o “Succession”. Lucas, por su parte, trabajó con Pálmason desde su ópera prima, “Winter Brothers” (2017), donde también pasaba frío y rencor entre fiordos.

Premiado en Locarno, Rotterdam y graduado en la selección de la Semana de la Crítica y Un Certain Regard de Cannes, Hlynur Pálmason es hoy uno de los básicos en la dieta cinéfila. Proyectada junto a “Nest”, otro ensayo sobre cómo el tiempo (meteorológico) nos cambia, “Godland” se llevaba el premio de la última edición de Zabaltegi-Tabakalera.