Jone Buruzko
IRUDITAN

El nacimiento de las estrellas

(NASA AFP)

Esta imagen de la NASA, capturada por el telescopio espacial James Webb, muestra una pequeña región de formación estelar en la nube de gas Rho Ophiuchi, la más cercana a la Tierra, a 390 años luz de distancia. Se trata de un primer plano del nacimiento de estrellas jóvenes, unas 50, similares al Sol. La agencia estadounidense describe así su contenido: «Enormes chorros bipolares de hidrógeno molecular, representados en color rojo, dominan la imagen, y aparecen horizontalmente de un lado a otro en el tercio superior y verticalmente en el lado derecho». Aprecian que está llena de texturas detalladas «de aspecto impresionista, como nunca antes se había visto». Dicen los científicos eufóricos que Webb, el telescopio más grande y avanzado en el espacio -pese a que en sus inicios tuvo que superar etapas críticas- ha abierto una nueva era en la astronomía. Observó la más distante de las galaxias jamás detectadas, agujeros negros supermasivos, midió por primera vez la temperatura de planetas rocosos “primos” de la Tierra; explora el universo, estudia los exoplanetas -esos planetas que no pertenecen al sistema solar-. Además, debería ayudar a comprender mejor la formación y el ciclo de vida de las estrellas. Cada nueva imagen es un descubrimiento, y los que le quedan, teniendo en cuenta que tiene suficiente combustible para funcionar durante 20 años. También con él ha nacido una estrella.