Jone Buruzko
IRUDITAN

Superlunas de agosto

(Aris Messinis AFP)

Fascinadas por la luna, esta no es la primera vez, ni será la última, en la que una imagen de este astro aparece en Iruditan. Y es que al satélite de la Tierra, que gira alrededor de ella, hay que reconocerle desde abajo su belleza e influencia, y no solo en las mareas. A lo largo de la historia y desde siempre la luna ha ejercido una indudable atracción. La prueba más evidente es que su lejana pero continua presencia la ha convertido en elemento inspirador de campos diversos. Presente en incontables canciones, películas, poemas, refranes, mitos, leyendas, estudios científicos... y cada noche en nuestro cielo, aunque no se vea, su magnetismo es todavía mayor cada vez que se produce el fenómeno de la superluna. El término, acuñado por el astrólogo Richard Nolle en 1979, define a esa Luna llena que percibimos más grande y brillante de lo habitual porque su órbita está más cerca de la Tierra (perigeo). Es entonces cuando los fotógrafos captan su silueta en distintos lugares del planeta y tienen el privilegio de comprobar, por ejemplo, como se eleva detrás del antiguo templo de Poseidón en el cabo Sounion, al sur de Atenas. Desde ese monumento, construido en el 444-440 a. C, la visión es así de espléndida. De esta manera, agosto inauguraba su calendario de superlunas. La siguiente aparecerá el próximo día 30 y para este año quedan otras cuatro previstas para el 29 de septiembre, el 28 de octubre, el 27 de noviembre y el 26 de diciembre. El espectáculo lunar, ya se sabe, está sujeto a la visibilidad de un cielo despejado.