MIREN ARTETXE
LITERATURA

El demagogo más burdo

John Dos Passos (Chicago, 1896-Baltimore, 1970) es uno de los principales exponentes de la llamada Generación Perdida, a la que también pertenecen autores como Hemingway, F. Scott Fitzgerald, Steinbeck, Faulkner o Ezra Pound. Escribió trece novelas y trabajó como corresponsal de diarios estadounidenses. También fue guionista y hasta pintor, ilustrando gran parte de las portadas de sus libros. Sus novelas más conocidas son “Manhatan Transfer” (1925), con la que abrió una nueva manera de escribir y entender la ciudad; y las que componen la Trilogía USA, su gran proyecto: “El paralelo 42” (1930), “1919” (1932) y “El gran dinero” (1936). Hoy, su obra está en gran parte olvidada, y en sus biografías se incide más en su vida y derivas ideológicas que en su trabajo. Sin embargo, continúa siendo un autor de referencia en la literatura estadounidense del siglo XX.

Esta novela que rescata ahora Impedimenta se publicó originalmente en 1943. En ella esboza una ácida caricatura de Huey Long, senador del Estado de Luisiana en los años treinta, y lo transforma en el protagonista: el corrupto Homer T, Chuck, Crawford, número uno en popularidad, número uno en contactos, número uno en favores, número uno también en corrupción, demagogia y escándalos privados; un político que siempre sale indemne de todas sus maniobras corruptas. A lo largo de la novela asistimos al ascenso al poder de este animal político que se maneja como nadie en el circo público. Su lema de campaña: “Todo el mundo millonario en Norton”; su palabra fetiche: “pueblo”; su presentación ante los posibles votantes: una persona sencilla, «como ellos»; sus armas: el peor de los populismos, la demagogia y la manipulación. Su yo fuera de la escena pública: burdo, machista, adúltero, racista, ordinario, «nuestro palurdo favorito».

Con un ritmo rápido y una narrativa muy visual, casi cinematográfica, Dos Passos nos hace ver y sentir las calurosas tardes de las llanuras de Texas, el aire sofocante del valle del Potomat en una noche de verano, la humeante degradación de las habitaciones de hotel en las que Crawford planea sus campañas y olvida a su esposa e hijos. Nos hace sentir también el estrés de Tyler, el jefe de campaña y el otro gran protagonista de la novela; nos hace sudar con él, agotarnos con él, despertarnos con sus casi diarias resacas... ¿Por qué demonios no deja a la «gentuza de Todo el Mundo...»? Se lo pregunta Ed, un periodista amigo. Se lo pregunta él mismo. Nos lo preguntamos nosotros. La sombra de Chuck es alargada. Es el Número Uno.