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58. DURANGOKO AZOKA

Letras, sonidos y dibujos de la cultura vasca

Del próximo día seis hasta el diez, Durango se vuelve a convertir en el cruce de caminos donde se encuentran todos los impulsos creativos surgidos en nuestro país. Acogiendo un casi infinito muestrario de formatos y expresiones, la localidad se transforma en un enclave que nos ofrece la oportunidad tanto de reafirmar predilecciones como de descubrir nuevos talentos.

Argazkia: Aritz Loiola | FOKU

Pocas son las oportunidades que el calendario cultural nos concede a lo largo del año para disfrutar de una fotografía que refleje un desbordante interés popular por alguna de sus citas. De ahí la trascendencia que supone comprobar que, con la llegada de los primeros días de diciembre, Durango se convierte reiteradamente en un paisaje donde todo tipo de formatos artísticos se postulan como objeto de deseo para un muy considerable número de personas llegadas (no solo) desde todos los puntos de Euskal Herria. La Azoka se significa así como una celebración donde cada cual puede encontrar su espacio dentro de esa caleidoscópica visión de la cultura vasca que se extiende a través de stands, charlas o actuaciones. Elementos que participan de un mismo todo que cada 365 días nos recuerda, por medio de páginas escritas, surcos que desprenden sonidos o dibujos que toman vida, que al otro lado hay, o hubo, alguien que encontró un puente de comunicación directa con nuestros sentimientos.

ILUSTRES HABITUALES

Como en todo evento de grandes dimensiones, hay ciertas paradas en su recorrido que se presentan como imprescindibles o cuanto menos señaladas a ostentar la atención mayoritaria. En lo referente al ámbito literario, son aquellos estandartes más significativos de las letras vascas quienes están llamados a ejercer como epicentro del interés del visitante. En ese sentido un autor que pasa por indispensable en casi todas las ediciones es Bernardo Atxaga, quien sigue ampliando su mítica figura con una llamativa obra, “Paradisuaren kanpoko aldeak” (Pamiela), en la que hibrida géneros -de la poesía al libro de viajes pasando por extractos de conferencias- y acentos emocionales -posándose por igual en la ironía o la melancolía- para tejer todo un puzzle con el que seguir mostrando el rastro de las incógnitas existenciales universales.

Igual de relevante, si hablamos de la narrativa de las últimas décadas, resulta el nombre de Joseba Sarrionandia, quien resucita en su más reciente publicación, “Markos Gimenoren 101 letrakartel” (Pamiela), la figura de Markos Gimeno Vesga, uno de esos carismáticos individuos de afable pero torturada personalidad. Multifacético creador, muerto tempranamente a los 44 años, más allá de sus diferentes pertenencias al ámbito de la música o el teatro, su labor se caracterizó por instaurar el concepto de juego como eje de su creación, haciendo de sus palíndromos una lúcida y reflexiva cosmovisión que alude tanto a su obra como a su propia vida, ambas íntimamente ligadas y dignas de ser recordadas.

Junto a la obra de insignes referentes también se instalarán las últimas producciones de otros muchos autores y autoras de contrastado abolengo, algunas de ellas definidas en torno al campo de la intriga policíaca. Un espectro en el que Jon Alonso, con “Carvalho Euskadin” (Susa), desarrolla un trepidante argumento sobre el intento de editar un texto inédito de Manuel Vázquez Montalbán. Por otro lado, la exitosa Dolores Redondo se vale en “Uholdearen zain” (Erein) de la persecución de un asesino en serie para recrear los primeros años ochenta y plasmar todo un crisol de personajes capaces de albergar el signo más terrible pero también esperanzador, mientras que Jon Arretxe firma en “Musker amarruak” (Erein) el décimo episodio de la saga protagonizada por el detective Touré, al que “utiliza” para hilar una contundente denuncia contra los desmanes obrados desde el poder contra los marginados.

Un aspecto reivindicativo que asoma en toda su intensidad en la recuperada novela del periodista y activista Julian Zugazagoitia Mendieta, “El botín” (Txalaparta), reflejo de una convulsa sociedad vasca durante los tiempos de la Primera Guerra Mundial y su floreciente lucha obrera. Una crudeza que también domina el tono de “Oso latza izan da” (Elkar), donde Xabier Mendiguren parte de la fotografía tomada en el entierro del preso Joxe Arregi, muerto a causa de las torturas, para desplegar su biografía y la de sus dos amigos, el promotor de arte Juan Kruz Unzurrunzaga y el pintor Bixente Ameztoi.

Un libro como “Zirriborroak eta gero”, al margen de su interesante contenido en forma de relatos que reflexionan acerca del futuro, sirve como representación del actual panorama narrativo, al contar con la presencia de Katixa Agirre, Iban Zaldua, Danele Sarriugarte o Lucía Baskaran. Un reparto coral en el que participan nombres que también ejercerán de protagonistas individuales, como Harkaitz Cano, que suma a su nuevo poemario, “Ulu egiteko bolondres bila” (Susa), el álbum ilustrado -por las manos de Isabel Herguera- “Mundua pitzatuta dago baina hantxe gabiltza oinez” (Erein), un homenaje a las bibliotecas y un canto de sirena para atraer a la juventud a dichos espacios; Uxue Alberdi, que se acompaña de Begoña Durruty para dar vida a “Belarriko kilkerra” (Elkar), donde recupera la tradición oral a modo de relato universal de la condición humana, o Karmele Jaio, que a través de “Maitasun kapitala” (Elkar) señala, desde una perspectiva feminista, la imposición de un concepto de amor escasamente liberador.

OBSERVAR EL MUNDO DESDE TODAS LAS ÓPTICAS

Fiel reflejo de la propia sociedad, la literatura no debe abstraerse de las quejas que inundan el día a día, y en ese sentido el papel de la mujer en la actualidad se presenta como un referente en diversas obras, capaces de acudir al rescate de la figura de Juana Perea Plata de la mano de Jon Artano en “Juana” (Elkar), donde la investigación por desentrañar la muerte de esta descendiente vasca que huye de la dictadura franquista hacia Colombia nos descubre toda su aventura existencial, o convertir a una niña en esmerada equilibrista a la hora de afrontar la separación de sus padres, tal y como hace Ane Labaka en “Barraskiloek baino bat gehiago” (Erein). Más explícitos en sus reflexiones resultan “Comadres” (Alberdania), de Goiatz Labandibar, donde por medio de una veintena de narraciones recorre las infinitas maneras de asumir la maternidad, y “Sortze berri bat” (Txalaparta), de Estitxu Fernandez Maritxalar, una recolección de testimonios sobre la violencia obstétrica.

Hay en la propia naturaleza del ensayo una vocación por hacer preguntas -y quizás buscar respuestas- respecto a la realidad. Para ello muchas veces es necesario exprimir la actualidad como desplazarse por las hojas del calendario para comprender nuestro presente. Saltándose dogmas, y conjugando realidad y ficción, “El diario de Mola” (Pamiela), de Pello Guerra, por ejemplo, se sumerge en la búsqueda de aquellos escritos personales de dicho general, desaparecidos tras su muerte, con el fin de representar un momento histórico que sigue manteniendo vigencia. Una vista al pasado que también marcará el sentido de “Operación Ogro” (Txalaparta), de Iñaki Egaña, un minucioso ejercicio de investigación para, medio siglo después, resolver aspectos de la muerte de Carrero Blanco. Sin abandonar un afán universalista pero actual, Jasone Osoro, en “Arrakasta” (Elkar), entrevista a destacadas figuras de la cultura vasca para interrogarse sobre el éxito, mientras que “Euskara orain” (Alberdania) somete a examen, guiado por Mikel Mendizabal, la situación a día de hoy del euskara.

Frente al academicismo que estila el trazo periodístico, hay otros modelos expresivos que formalmente se pueden calificar casi de antagónicos, como aquellos que se sirven de las imágenes dibujadas, pero que sin embargo, sin descuidar su faceta lúdica, no renuncian a su tarea reflexiva. En ese sentido, tanto “Iris XXII” (Txalaparta), confeccionado por Julen Ribas Sasiain y Yurre Ugarte Rodriguez, como “Artxipelagoa” (Elkar), trasladado desde un podcast hasta las páginas por Martin Etxeberria y Xabier Etxeberria, comparten una preocupación común -respecto al cambio climático- y una manera de afrontarla, apoyándose en historias distópicas y de carácter apocalíptico, que mientras el primero las sitúa en un territorio inventado, el segundo imagina una Euskal Herria de la que solo una pequeña porción ha evitado quedar sumergida en el océano. Igualmente con pretensiones de zarandear conciencias se presenta el cómic “Bikini” (Elkar), de Garazi Kamio y Alex Orbe, deteniéndose en la angustiosa realidad del bullying vista desde un espectador externo.

Tampoco los versos deberían pasar desapercibidos de unas “calles” de la Azoka que acogerán con igual calidez a voces recién llegadas, como la de Libe Goitia, que hace de “Fast Fatum” (Susa) un trepidante trabajo que, estructurado en ocho “canciones”, aúna el surrealismo con la cotidianidad, o abriendo las puertas al reencuentro con el mundo poético del músico y escritor Xabier Montoia, quien publica “Hiriak eta urteak” (Pamiela).

Veteranos en estas lides son Juan Ramon Madariaga, que presenta su obra premiada en el prestigioso certamen Blas de Otero-Ángela Figuera, “Bufalo guztiak” (Erein), un ambicioso retrato de la necesidad de asumir el agreste camino al que está llamada la condición humana, y un Jon Gerediaga que vuelve a dotar a “Zeru-lurren liburua” (Elkar), igualmente galardonado con el Irun Hiria, de una concepción filosófica iluminada por la representación de la naturaleza.

RECORDAR EL AYER PARA CANTAR AL MAÑANA

Pretender asociar la música hecha en nuestras fronteras a unas determinadas coordenadas solo puede significar un absoluto desinterés por acercarse a una ebullición creativa que ha dejado atrás cualquier tipo de identificación estandarizada. Gestado en los locales de ensayo o frente a un ordenador, el muestrario que cada año se conforma alrededor de los impulsos creativos brotados desde infinitas sensibilidades señala hacia una apabullante diversidad. Por eso, Durangoko Azoka, en su absoluta determinación por dar cabida a todo ese arcoíris compositivo -de lo más luminosos a lo más árido-, se convierte en un auténtico paraíso de registros.

Para aquellos que sigan anhelando la tradición y sientan como atemporal el acervo de la tierra, el disco de la mítica formación Korrontzi, “20”, que, como indica su título, celebra las dos décadas de existencia con otros tantos temas y los mismos colaboradores, supondrá todo un festín. Una mirada que comparte Jean Mixel Bedaxagar, que en “Erresiñula kantari” ha decorado con pulso propio canciones tradicionales, empapando sus cortes de melodías pastorales, tonos populares, versos de Xalbador o una instrumentación vetusta al contar con la flauta, ttun ttun o xirolarru. Igualmente una manera de honrar a la herencia adquirida es trasladándola hasta el presente, cosa que Gorka Hermosa y Garikoitz Mendizabal realizan en “Sustraien matxinada”, una revolucionaria mirada a la música vasca del siglo XXI en la que combinan tradición y modernidad, haciéndose acompañar de dos mitos como Carles Benavent y Tino di Geraldo, bajo y batería al servicio de leyendas como Chick Corea, Miles Davis, Paco de Lucía o Camarón.

Pero para hablar de clásicos no hace falta remontarse hasta siglos atrás, porque en nuestra historia una banda como Urtz, avalada por una trayectoria de 35 años, tiene bien ganado ese apelativo. Un honor que no les impide seguir avanzando en su trayectoria para presentar un disco, “Esnatzean”, que, aunque fiel a su estilo, también supone emprender un paso renovador. Citar el nombre de la banda gasteiztarra Konpost puede que no haga saltar los resortes de la memoria colectiva, pero si aclaramos que se trata de una formación integrada por “veteranos” como Bingen Mendizabal o Txerra Bolinaga, entonces las referencias empiezan a agolparse en nuestra biografía emocional. Unidos bajo la única premisa de hacer (buen) rock and roll, su segundo disco, “Gap”, es precisamente eso, y solo eso, que no es poco.

Continuando esa senda musical más fornida, la presencia en el zurrón de novedades de Leihotikan, que siguen manejándose con deleite entre el punk-rock y el hardcore, esta vez en un “Etorkizuna Ginenean” bajo la producción de Gorka Urbizu, o los siempre impetuosos y viscerales Lisabö, con “Lorategi izoztuan hezur huts bilakatu arte”, se presentan como motivo de atención primordial para aquellos oídos bregados en altas cotas de intensidad, a los que probablemente también seduzca el paseo eléctrico por la psicodelia setentera y el grunge de la mano de Ezezez y su “Katuzaldia”.

Afortunadamente, hay proyectos que cada vez dificultan más la labor de buscarles una etiqueta. Como si de animales fieros se tratasen, cada vez que una terminología parece acoplarse a su condición, estos se zafan a base de talento. Si a estas alturas catalogar las descomunales virtudes con la guitarra de Joseba Irazoki puede resultar redundante, no lo es en absoluto el registro que, junto a Beñat Achiary y Julen Achiary, le otorga a su proyecto Bas(h)oan, que en su segundo capítulo (“II”) siguen haciendo de la investigación y la transgresión términos con los que interpretar el pasado y el presente; lo local y lo universal. Conceptos que pueden ser perfectamente aplicables al disco de Amorante, “Harri Herri Har”, tan cerca del tono ancestral como del latido proporcionado por las máquinas. Ambientes sonoros a veces fieros, otros naturales y la mayoría de ellas intrigantes, son los que dan forma a “Nabar”, capítulo que reafirma a Moxal, el inquieto nuevo hogar de Hannot Mintegia, ex Audience, quienes por cierto también contarán con una referencia recién editada, “Bob Dylan berrikusia”, un acercamiento al siempre fascinante universo “dylaniano”. Pero si hay un cajón de sastre llamativo es el que recrea Elena Caballero, La Basu, en “Lurralde komantxe”, donde sus letras afiladas prenden igualmente en entornos que van desde rap, el drill o el dancehall.

BAÑO DE MASAS Y RECIÉN LLEGADOS

Nunca hay que obviar, y menos denigrar, el apoyo que proporciona el sector más joven a las diferentes apuestas que van surgiendo, especialmente a aquellas ligadas a una faceta bailable y festiva, condición que siempre ha sido parte de la cultura popular sonora, sea cual sea su ascendencia, y que define a la perfección a Esne beltza, que con su publicación “Esne bidea”, un expansionista y colaborativo corolario de su enérgica identidad, con seguridad se arrogará uno de los espacios de más ferviente devoción. No exentos de un apreciable tirón popular, Belako, con “Sigo regando”, continúan siendo un referente a la hora de aposentar la actitud punk en las pistas de baile, mientras que Bulego, aunque todavía noveles, ya apuntan a ejercer de flautistas de Hamelín haciendo sonar su pop luminoso cada vez más anglosajonizado, como demuestra su actual grabación, “Aldatu aurretik”. Pero, como cualquier otro estrato de la pirámide poblacional, dentro del sector más lozano, sus gustos son capaces de fluctuar entre los entregados por Sara Zozaya en “Nara”, repleto de texturas ambientales con pulso contemporáneo; el delicado y armonioso tono melódico que Izaro imprime a “cerodenero”, o unos Nøgen que, impulsados por la impetuosa voz de Ane Negeruela, hacen de ”Åben cirkel” un viaje por diversos climas rítmicos.

Frente a aquellas apuestas que ya han conquistado el beneplácito del respetable, otras tocan por primera vez la puerta del oyente, y aunque no siempre estemos hablando de advenedizos, esa puesta de largo significa siempre una mezcla de tensión y desbordado entusiasmo. Estrenos que no entienden de limitaciones estilísticas, de ahí que los rotundos riffs y las atmósferas envolventes que beben por igual del stoner o del post punk en “Biluzten”, firmado por Ithaka, convivan con la electrónica introspectiva que puebla “Izpi”, el debut de Ke Lepo, actual mutación de Alejo Orbegozo, o el pop-folk entonado por las voces de Eneritz Gorritxategi y Edurtzeta Ania, quienes comandan Haize-arrosa para crear un repertorio, donde el pop y el rock conecta con la tradición de los ritmos surgidos de la trikitixa, que toma forma en “Ez dogu zor ezer” de la mano de múltiples colaboraciones, entre ellas las de Francis Díez (Doctor Deseo), Itziar Ituño y Miren Agur Meabe.

Si como se suele decir todos los caminos conducen a Roma, entre los días seis y diez de diciembre los pasos de cualquier interesado por la creación realizada en nuestras fronteras, sea del signo que sea, deben desembocar en Durango. Una celebración en la que cada cual tendrá que elegir su propio itinerario para imbuirse de ella, sin olvidar por supuesto que, para la superveniencia de estas emocionantes jornadas, resulta necesario que durante el resto del calendario nuestro interés se haga palpable igualmente en cada pueblo o ciudad, sin esperar a fechas señaladas ni encuentros anunciados en carteles, convirtiéndonos en partícipes cotidianos e indispensables de una cultura vasca que no dejará de florecer mientras encuentre una mano tendida.


GARAren standa

 • "Semillas al viento. José Mujica”
Mario Mazzeo y Carlos Martell (GARA, 2023), 208 págs.  / 20 euros / Castellano

Libro-entrevista editado por GARA. Se trata de una serie de conversaciones mantenidas con los periodistas uruguayos y compañeros de vivencias y militancia Mario Mazzeo y Carlos Martell.

En un tono ameno de charla entre amigos, al cobijo de la chacra de Montevideo, Mujica desgrana sus pensamientos sobre la vida, la izquierda, el socialismo, el capitalismo, el cambio cultural, la utopía, la vanidad humana…

Sus políticas transformadoras, su estilo de vida sobrio y humilde, su coherencia personal y sus discursos cargados de humanidad e ideas innovadoras en defensa de la libertad, de los más desfavorecidos y del planeta han seducido a millones de personas en todo el mundo hasta convertirlo en un referente político y ético universal.

Arnaldo Otegi afirma en el prólogo: «En este libro, Pepe Mujica plantea un catálogo extraordinario y brillante de lecciones éticas y políticas. Es un compendio de sabiduría política y humana de la mano de un militante que ha tenido una de las vidas más apasionantes que un ser humano puede vivir».

 

• “Operación Ogro. Cómo y por qué ejecutamos a Carrero Blanco”
Eva Forest (GARA, 2013) / 240 pags. / 18 euros / Castellano

El 20 de diciembre se cumplirán cinco décadas desde que el Comando Txikia de ETA detonara las cargas explosivas que acabaron con la vida del presidente del Gobierno español y hombre fuerte del franquismo, el almirante Luis Carrero Blanco.

El libro recoge la larga entrevista mantenida por la escritora Eva Forest con los cuatro miembros del comando que llevaron a cabo el magnicidio y vio la luz por primera vez unos meses después del mismo, en el año 1974. Su circulación, bajo el seudónimo Julen Agirre, fue clandestina hasta años después, en que trascendió definitivamente la autoría real de la obra e incorporó el capítulo inédito hasta entonces que relata el refugio de los miembros de ETA en Madrid tras el atentado hasta su huida a Euskal Herria.

La presente edición reproduce fielmente el original e incorpora buena parte de los documentos anexos de aquella. En este caso se ha añadido, además, un interesante pliego fotográfico con imágenes de la época y del acontecimiento, además de un prólogo del escritor Alfonso Sastre, compañero de Eva Forest.

 

 • “Ikusezinak. Erbesteratuen haurrak”
Miren Azkarate (GARA, 2022) 192 orr. / 18 euro / Euskaraz

Esperientzia pertsonaletik eta arrazoi politikoengatik gurasoen erbestean edo deportazioan jaio, hazi edo bizi izan ziren haur eta gazteen ikuspegitik idatzitako liburua da hau. Herri honetako sufrimenduaren kroniketan inoiz agertu ez diren errugabeak. Maletadun haur eta nerabeak. Ikusezinak ziren. Hala ere, existitu ziren, existitzen dira. Miren Azkaratek lehen aldiz jaso du beraien ahotsa. Euskal iheslari eta deportatuen seme-alaben kontakizunak. Venezuela, Mexiko, Hendaia, Kuba, Suitza, Cabo Verde... Ikusezin izateari utzi nahi dioten bizipenak.

 

• “Amaiur. Erresistentzia” helduentzako puzzlea
Xabier Morras (GARA-Amaiur Fundazioa, 2022). 1.000 pieza, 68x48 cm. / 18 eur


Konkistari aurre egin ziotenen ausardia, kemena eta sufrimendua islatzen dituen irudia.
Una imagen de la determinación, coraje y sufrimiento de quienes resistieron a la conquista.



• “Amaiur. Gaztelua” haurrentzako puzzlea
Eider Eibar (GARA-Amaiur Fundazioa, 2022). 100 pieza, 48x34 cm. / 15 euro

Haur jolasaren irudi alai eta freskoa. Bizitza eta askatasunari gorazarrea.
Una imagen alegre y fresca del juego infantil. Un canto a la vida y la libertad.