Desde el 1 de enero de 2024 ha entrado en vigor una nueva fórmula de fijación de los precios en el mercado regulado de la electricidad (tarifa PVPC), impuesta por la Unión Europea. Con esta nueva fórmula, se pasa de depender al 100% del mercado diario, que marca un precio cada hora, a incorporar cada vez más electricidad comprada en el mercado de futuros. De este modo, se garantiza un precio estable en el medio y largo plazo sin dejar de aprovechar las ventajas de los precios diarios, que permiten a las personas consumidoras modificar sus consumos en función de las horas en las que el precio es más barato. La cantidad de electricidad comprada en estos mercados de futuros será del 25% en 2024, para ir subiendo gradualmente al 40% en 2025 y al 55% en 2026.

Este cambio afecta a todos los usuarios que tengan contratada la tarifa regulada, incluidas las comunidades de propietarios y, por supuesto, a los beneficiarios del bono social eléctrico. Supondrá un impulso a la contratación de electricidad en los mercados de futuros (productos a plazo mensual, trimestral y anual) que se actualizarán mensualmente, así como una reducción de la volatilidad en las facturas de hogares y micropymes principalmente.

De todas formas, esto habrá que verlo en la práctica, ya que estamos lejos de una verdadera competencia de empresas, y el ejemplo lo tenemos cuando generadores de electricidad y comercializadoras forman parte del mismo grupo empresarial, y las manipulaciones de precios están a la orden del día. Esperemos que los organismos de control y vigilancia, tanto de la CNMC como los ministerios correspondientes, hagan esta vez sus deberes, habida cuenta de que las retiradas de medidas fiscales sí se van a notar tristemente en muchos hogares. De momento, una reforma a la europea pero “a medio gas”.