Secretos enterrados

Segunda entrega de la serie “Los crímenes del Piamonte”, thriller político en el que Davide Longo (Turín, 1971) pone a trabajar a sus dos protagonistas, los comisarios Bramard y Arcadipane, en un caso que les remonta a los años 60, a los llamados “años de plomo” en Italia. La novela, que da una vuelta de tuerca a la estructura clásica del género y en la que los personajes, magníficamente retratados, son casi más importantes que la trama, nace de una hipótesis, de una historia que no sucedió pero que, según el autor, «podría haber pasado en las condiciones en las que se encuentra hoy Italia».

Arranca con el hallazgo de los restos de una docena de cadáveres, ejecutados de un golpe en la nuca y arrojados a una fosa común, en las afueras de Turín. Arcadipane, que debería encargarse de la investigación, ve cómo en apenas unas horas le retiran de la misma cuando un equipo llegado desde Milán afirma que los restos se remontan a la Segunda Guerra Mundial. El comisario sospecha de la velocidad con la que le han apartado del caso y se pone a indagar por su cuenta. Descubre que los huesos son de finales de la década de los 60 del pasado siglo. Recurre al inspector Corso Bernard, que en la actualidad vive retirado en las montañas del Piemonte y vivió la convulsa época en primera persona; y a Isa, una joven policía suspendida de sus funciones. Entre los tres, tratarán de dilucidar la verdad de lo ocurrido y encontrar una conexión con las acciones políticas de aquellos tiempos, que llegan todavía hasta el presente, en el que alguien quiere encubrir por segunda vez aquella trama.

Una novela diferente, con distintos hilos argumentales, unos personajes despojados del halo de “héroe” habitual del género, muchos pequeños detalles sin aparente peso argumental, frases que parecen quedar en suspenso, la vida privada de los protagonistas, que va y viene; ausencia de pistas evidentes o descripciones que levanten sospechas tempranas, y un final que nos dejará sumidos en un mar de dudas y preguntas. Una novela muy amena, pero que requiere una lectura pausada. Para que no se nos escapen esos detalles que tendemos a pasar por alto, y porque nada en la escritura de Longo es gratuito, nada está de adorno: todo cuanto describe o señala adquiere, tarde o temprano, una función narrativa.

David Longo compagina la literatura con su labor como profesor de Escritura Creativa en la prestigiosa Scuola Holden, fundada por Alessandro Baricco, quien ha dicho de esta serie: «Lo que más me molesta es no haberla escrito yo mismo».