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PANORAMIKA

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Una de las obras del catalán Berni Puig que componen la exposición “Entrar per la finestra”, y se pueden ver en la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo hasta el día 23. (Galería Juan Manuel Lumbreras)

El arte es capaz de transportarnos a otros lugares. Nos ayuda a salir de la norma y a renunciar a la convención. A veces nos permite evocar una existencia, dar cuerpo a una ensoñación o incluso revivir una memoria pasada. Si bien el arte contemporáneo se desarrolla más allá de lo estrictamente visual, la imagen como proceso, objetivo y resultado sigue siendo uno de sus terrenos más fértiles. En un mundo hipervisual y plagado de estímulos, la pintura ha sabido sobrevivir y reivindicarse desde una posición propia. En este sentido, la disciplina pictórica es capaz de aunar muchas cuestiones que la hacen necesaria. En ocasiones es gesto y rastro, y en otras es materia y volumen. A veces es inmediatez y espontaneidad y, del mismo modo, es pausa y reposo. Cada manera de trabajar con ella permite acumular capas que se superponen y nos brinda nuevos recorridos para vivir la realidad.

Berni Puig (Catalunya, 1990) es el primero de los tres nombres que expondrán esta temporada como parte del programa “Joven llama joven” de la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo. A mediados de enero inauguró “Entrar per la finestra” en la planta subterránea de la galería y podrá visitarse hasta el día 23 de este mes. La exposición se sitúa a medio camino entre el registro de una experiencia y una muestra al uso.

Puig traslada al espacio de la galería un trabajo realizado en una antigua farmacia abandonada en la que el artista indaga sobre su memoria a través del uso de los colores encontrados en el espacio en forma de papeles, restos y vistas desde la ventana. Las obras juegan con el artificio de reproducir un entorno que nos es ajeno pero que, al mismo tiempo, nos confrontan con una herencia basada en la presencia de lo material. Lo sucedido se convierte en obra y, a su vez, en una manera de relatar una manera de vivir el espacio.

La exposición que encontramos en el Espacio Marzana de Bilbo y que cierra el mismo día que la de Berni Puig, corre a cargo del pintor vizcaino Joseba Eskubi (Bilbo, 1967). “Fluorita” nos sumerge directamente en el imaginario de Eskubi, del que se desprenden personajes y atmósferas que saltan entre mundos diferentes al nuestro. Reconocemos cuerpos y personajes que vagan en escenarios plomizos con horizontes infinitos y oscuros. El pigmento recorre insistentemente las líneas y masas de color, exponiendo un resultado consistente, que no relamido, en el que el pigmento comparte protagonismo con miradas que se clavan en quien las contempla. Piezas de distintos formatos y tamaños conforman una suerte de retratos de familia que se presentan dispuestos en la pared. Parecen ser ventanas a través de las que nos podemos asomar y emprender un viaje compartido con seres traídos desde lo más profundo de nuestra imaginación.