MAY. 19 2024 «Furiosa: De la saga Mad Max» Anya Taylor-Joy encarna a Furiosa en la precuela de «Mad Max: Furia en la carretera», que también fue dirigida por George Miller. Mariona Borrull Furiosa: De la saga Mad Max” llega dando una vuelta en jota para retomar la cruzada gloriosa que “Furia en la carretera” emprendió en 2015… Hará ya una década. Desde entonces, el responsable de “Happy Feet” y “Babe: El cerdito valiente” había estrenado solo “Tres mil años esperándote”, que dio a Tilda Swinton un genio guapísimo y sensible (Idris Elba) con el que dialogar sobre la perennidad del amor y las fantasías. La carrera del australiano, que reventó la ciencia-ficción distópica junto con Mel Gibson en la trilogía original de “Mad Max”, debería bastar para que nunca nadie diga que empaparse de gasolina impide conectar con una sensibilidad típicamente femenina o infantil. “Furiosa: De la saga Mad Max” funciona como precuela de “Furia en la carretera”, novela de formación (aquí de endurecimiento de callos) de la más carismática de las moteras postapocalípticas. Si “Furia en la carretera” se comprimía en unos adrenalínicos tres días y dos noches, para la precuela George Miller y su coguionista Nick Lathouris han preparado una carrera de quince años. La nueva película, una odisea clásica en estructura y en gusanillo aventurero, contará cómo Furiosa (Anya Taylor-Joy) fue secuestrada del Lugar Verde de Muchas Madres por la tropa del Señor de la Guerra Dementus (Chris Hemsworth en otra versión de la chabacanería simpática de “Thor”) y deberá elegir entre el fuego y las brasas al topar con la Ciudadela de Inmortan Joe, donde la conocimos en “Furia en la carretera” rapada y sin brazo. Sobre Charlize Theron: no repite, porque la diferencia de edad suponía aplicar un esforzado trabajo de rejuvenecimiento digital con el que George Miller no quiso jugársela. Anya Taylor-Joy -este año doblemente desértica por su papel en “Dune: Parte 2”- sería la escogida para sustituirla, según el cineasta, por tener un dominio corporal muy preciso gracias a su formación como bailarina de ballet (Theron también se graduó en danza). Eso sí, Taylor-Joy no tiene ni el carnet de conducir. En 2020 Kennedy Miller Mitchell, la compañía productora de George Miller, se enzarzó en un litigio con la Warner, encargada de la distribución (y por lo tanto, quien primero cobró de la recaudación en taquillas), porque se negaban a pagar un bono de siete millones de dólares sobre los 380 de ganancias internacionales. Estas negociaciones detuvieron el rodaje de “Furiosa” durante toda la pandemia, y la película llegó a considerarse paralizada. Hasta hoy, por fin. ¡Volvemos a la saga más guarra, fea y acelerada de los últimos tiempos! ¡Sed testigos! Y no esperéis volver a ver a Tom Hardy como Max, porque George Miller se lleva a patadas con él y ha roto su parte del contrato para dos películas más con tal de no volver a trabajar juntos. Ha habido mucha furia en la carretera, pero también en los despachos…