Berta García
CONSUMO

La reforma farmacéutica

De cara al nuevo Parlamento Europeo que se va a elegir hoy, hay cuestiones pendientes de la anterior legislatura que deberán abordarse sí o sí. Hablamos de la reforma farmacéutica, entre otras, ya que se trata de un instrumento legislativo crucial que deberá abordar los requisitos para la aprobación de nuevos medicamentos, el período durante el cual un medicamento no tiene competencia de los productores rivales y las obligaciones relacionadas con el suministro para los fabricantes.

Un reto muy difícil, teniendo en cuenta los poderosos grupos de presión farmacéuticos, por una parte, y la composición mayoritaria de la Cámara, muy escorada, no tanto a políticas sociales sino a principios económicos liberales. Y eso que los medicamentos suponen un gran pellizco presupuestario a cualquiera de los estados miembros, con el añadido de fuertes desembolsos en subvenciones a la investigación privada que poco o nada revierten socialmente durante largos años de patente de corso de las farmacéuticas y sus inventos.

La sostenibilidad financiera del sistema de salud pública está en juego, sobre todo en determinados países de la Unión Europea, dadas las desigualdades persistentes en sus rentas per capita, y es que los altos precios de los medicamentos aumentan la brecha de desigualdades en materia de salud. Por ejemplo, pasa con los tratamientos oncológicos, que en un país pueden ser reembolsados y en otro, ni por asomo. Ocurre lo mismo con la falta de interés de las empresas por desarrollar determinados antibióticos o la demora en librar al mercado de los genéricos.

Tengamos presente que las políticas de la UE marcan el ritmo de todos los países que la conforman, por lo que la composición del Parlamento Europeo es cosa de todos. Esto es, seamos corresponsables y proactivos.