La buena, la rara y la mala
El último fin de semana de junio aparecerá en carteleras un tríptico de calibres extraños. Por un lado, el estreno de “Horizon: An American Saga - Capítulo 1”, el regreso de Kevin Costner al western treinta y cinco años después de “Bailando con lobos”, se ha adelantado de setiembre a junio, suponemos que con vistas a la despoblación preveraniega de las salas del público de perfil sénior… La película necesita desesperadamente recuperar el altísimo presupuesto de noventa millones, parte salidos del bolsillo del propio Costner, y tiene un Capítulo 2 preparado para estrenar.
“Horizon” es una novela épica en todos los sentidos, un serial “como los de antes”. Lleno de tramas y arquetipos sin muchas vueltas, viene con algunos hombres malos (colonos e indios) y algunas damiselas en apuros. Arranca la saga con una panorámica de caras más o menos conocidas, como la del propio Costner, con Sienna Miller, Sam Worthington o Luke Wilson, alrededor de la fundación tumultuosa de un poblado blanco en tierras apaches. El resultado es algo oblicuo y, a ratos, apesta a tabaco, pero su majestuosidad abre el apetito para nuevas historias.
Los vaqueros trotan mejor que la más corta y pagada de sí misma “Kinds of Kindness”, de Yorgos Lanthimos (dos interminables horas y cuarenta y cinco minutos). Tras la poliédrica novela de aprendizaje “Pobres criaturas”, León de Oro en Venecia, el griego vuelve a su crueldad habitual, de polvareda nada apetitosa. Presenta ahora un tríptico de mediometrajes unido por un mismo reparto, con Emma Stone, Jesse Plemons (mejor actor en Cannes), Willem Dafoe, Margaret Qualley y Hong Chau, y con un interés sin parangón por destripar los estragos de las relaciones tóxicas desde lo desvergonzadamente gore, ácido y sexual.
Pero a falta de una propuesta original o imprevisible, más allá del desgarre acumulativo que permite el formato del cuento corto (“corto”, sic), al rato quizás nos encontremos totalmente bañadas en sangre, masticando palomitas y contando ovejas.
El tríptico se sostiene sobre un tercer estreno que es pura expectativa: “Un lugar tranquilo: Día 1”. Precuela que cierra la saga de John Krasinski, se ve y se vende como un prefabricado franquicial sin más, que se desvía de las anteriores dinámicas del terror silencioso para explicar el estallido alienígena en la ciudad de Nueva York, de la mano de Lupita Nyong'o, con Joseph Quinn y Alex Wolff (“Hereditary”). ¿Por qué esperarla, pues?
Escribe y dirige Michael Sarnoski, artífice de “Pig”, la mayor sorpresa dentro del panorama indie estadounidense de los últimos años y la mejor película del Nicolas Cage crepuscular. Si “Pig” torcía la orestíada animalista de “John Wick” hacia el drama íntimo, a saber qué depara esta nueva entrega de audífonos asesinos… El cine nos desconcierta cuando hay mucho a esperar.