SEP. 29 2024 PANORAMIKA Entre la figuración y la abstracción La inconfundible obra de Zumeta, en este caso realizada entre 2006 y 2020, se muestra en la galería Lumbreras de Bilbo hasta el próximo 17 de octubre. (Oskar Matxin Edesa | FOKU) Laura Díez Una pintura puede permitirnos nadar entre formas, gestos y colores, al bucear nos sumergimos en el mundo más personal del artista y ese baño puede durar infinitamente porque siempre descubrimos nuevos seres que aparecen en las profundidades. Hasta el 17 de octubre se puede visitar en la galería Lumbreras de Bilbo la exposición “Zumeta 24”. De la mano de su hija Usoa, se presenta una selección de la obra de José Luis Zumeta (Usurbil, 1939) de entre los años 2006 y 2020, año en el que fallece. Se muestran en la primera planta óleos y en la planta baja obra gráfica, dibujos y acuarelas. Lumbreras se convierte en el epicentro del expresionismo vasco al sumergirnos en un universo cromático intenso y lleno de energía vital, donde la figuración y la abstracción se entrelazan de manera única. En sus lienzos, a menudo de gran formato, el color explota con fuerza, sus pinceladas vigorosas transmiten una sensación de vitalidad y optimismo, con un trazo seguro y expresivo revela una gran sensibilidad y una profunda conexión con la naturaleza. Sus cuadros son como ventanas a su alma, donde podemos ver su alegría, su dolor, su esperanza. Una obra corporal, visceral y rotunda que nos muestra el momento exacto en que fue creada, huyendo de temáticas o representaciones. Zumeta trabajaba de forma intuitiva y pasional, superponiendo colores y texturas para crear una profundidad y complejidad visual. Esta técnica le permitía construir sus obras de manera gradual y que cada pieza fuese en sí un proceso de investigación donde había lugar para el azar y para aceptar el fallo como parte del desarrollo. En palabras del propio Zumeta, «pintar es pura impotencia. Afloran los mínimos aciertos. Todo lo que hay debajo raya con la imposibilidad de lograr algo que te satisfaga... Pero sabes que si te paras, tu vida deja de existir». El que fuera uno de los fundadores del grupo GAUR demuestra una gran coherencia en su desarrollo pictórico. En su trabajo podemos ver cómo resuenan referentes como Karel Apple, Dubuffet o Miró. Igualmente sus viajes a América y África fueron fuente de inspiración, al igual que la poesía, como fue el caso de su colaboración con el poeta inglés Peter Redgrove. Durante el año 2009 participó en el proyecto “Oi! Bihotz”, en el cual a partir de unos textos escritos por internos del hospital psiquiátrico San Juan de Dios -Santa Águeda- en Arrasate crea una serie de serigrafías, un alegato de la creatividad universal. De este último periodo también data el documental “Izenik Gabe 200 x 133”, un buen ejemplo para conocer a fondo los modos de hacer de Zumeta. Zumeta es testimonio de la fuerza del arte para trascender el tiempo y conectar con nuestras emociones. Su obra, arraigada en la tierra y en la historia, nos habla de un pasado que pervive en el presente. Esta exposición es un homenaje a un artista que ha dejado un legado invaluable en el panorama artístico vasco.