Fuenlabrada le saca los colores al Baskonia, incapaz de ganar fuera
Hopson debutó ante un Panko intratable. La escuadra madrileña dominó el rebote y el partido, y llegó a tener 21 puntos de ventaja.
FUENLA 91
LABORAL KUTXA 83
Como le gusta decir al exjugador baskonista y comentarista de Radio Vitoria Iñaki Garaialde, «vuelta la burra a brincos». Laboral Kutxa Baskonia ejerció la filantropía deportiva, al insuflarle vida a un Fuenlabrada que se reengancha a la pelea por la salvación tras sacarle los colores a la escuadra gasteiztarra.
Que no se ciegue nadie por los ocho puntos finales de desventaja. Laboral Kutxa Baskonia, que en lo que lleva de Liga Regular solo ha ganado tres partidos lejos de Gasteiz, recibió un soberano revés de parte del cuadro madrileño; un Fuenlabrada que se enseñoreó con su dominio del rebote y que creyó en sus opciones a partir del tercer cuarto. Más aún, llegó a tener una máxima de 21 puntos de renta, 78-57, mediado el último cuarto. Solo la labor de maquillaje de Mike James dejó la diferencia en guarismos aceptables. Pero en el juego no hubo color.
El debutante Scotty Hopson se dio de bruces con la realidad de la Liga ACB Endesa. Ibon Navarro, que prescindió de Palsson y que acabó por gripar el motor de Causeur al apostar por una rotación de solo ocho efectivos, lo puso de titular frente a Andy Panko, y el de Harrisbourg le dio una lección. A Hopson, a Shengelia y a todos los demás.
Desagradables sorpresas
Pero que Panko engalane sus estadísticas es cosa asumible. No así que Cvetkovic meta ocho puntos seguidos; ni que Miso, en su cuarta juventud, y Jorge Sanz lograsen un parcial de 6-0 al arrancar el segundo período; ni que Alberto Díaz demuestre sin anotar que es mejor director que Adams –que, eso sí, sumó 16 tantos y 4 asistencias, que siempre luce– y Mike James, ni que Akindele y Diagné le «pintaran la cara» a Iverson y Begic en la pelea por el rebote. Como tampoco que Josh Mayo amarrara el triunfo fuenlabreño con sus triple y tiros libres finales.
Y hablando de tiros libres: el 18 de 28 de Laboral Kutxa Baskonia bien pudiera hablar de que al equipo se le está haciendo larga la campaña, o de que ayer no tuvo la cabeza donde la debía ni como la debía tener. Ni con el 26-22 del primer período, ni tras el 43-37 del descanso, los de Ibon Navarro no espabilaron. Cuando lo intentaron, ya con el cuarto período bien avanzado, era a todas luces demasiado tarde.
El objetivo de la quinta plaza sigue ahí; incluso la cuarta. Pero solo si el Baskonia se pone las pilas fuera de casa de una vez.
Ibon Navarro: «Se nos acabaron las excusas»
Las derrotas ligueras fuera de casa mientras que Laboral Kutxa Baskonia disputaba la Euroliga, tenían su explicación en la falta de entrenamientos específicos para los rivales domésticos, los grandes desplazamientos desde Turquía o Rusia, y demás contratiempos como molestias o lesiones. Pero la «blandura» y «merecida derrota» que reconocía anoche Ibon Navarro dejó en su discurso una reflexión que supo bien amarga. «Se nos acabaron las excusas», espetó.
«Si supiéramos qué le pasa al equipo fuera de casa ya le hubiéramos puesto solución. Lo cierto es que los motivos, por no llamarlos excusas, se acaban. Ya no hay partido de Euroliga, con lo cual no es que lleguemos justos de fuerzas y tenemos toda la semana para preparar el partido. Hemos cometido errores que veníamos hablando desde la reunión del martes, y me gustaría saber la respuesta. Creo que la respuesta está en el vestuario y es desde el vestuario de donde vamos a sacar el origen del problema», dijo. A. G.