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IBILIZ IBILI | Antxon ITURRIZA «AIZPEL»

Auza el gigante del Baztan


La cumbre de Auza se alza como una pirámide dominadora sobre la cuenca alta del Baztan, a la que contempla desde su cumbre más de mil metros por encima. Por sus barrancadas de Iñarbegi y Araneko erreka discurren las aguas nacientes del Bidasoa, disputándose entre ellas cuál es la que puede atribuirse el título de ser el nacedero real del río baztanés.

Los dos arroyos que descienden de las montañas van a confluir frente al puente de Erratzu y ese mismo lugar, junto a la plaza del pueblo, será el inicio de nuestra excursión al encuentro de los 1.306 metros hasta los que se eleva la cima de Auza.

Los primeros pasos los damos siguiendo a lo largo de kilómetro y medio la carretera que lleva hasta la barrida de Gorostapolo (350 m) (20 min). A la misma entrada de su reducido caserío encontramos la ermita de la Soledad, que ruega al caminante el rezo de una Salve.

A la izquierda de la ermita desciende un camino empedrado que nos lleva a cruzar la regata, junto a la cual encontramos un cruce con un indicador. Si lo deseamos, aquí podemos desviarnos a la derecha hasta alcanzar en un cuarto de hora la conocida cascada de Xorroxin, que precipita con estrépito desde más de diez metros su abundante caudal de principios de primavera.

De regreso al cruce, si hemos visitado la cascada, tomamos el camino que asciende a la izquierda hacia el barrio de Iñarbegi. La ruta adquiere todo el atractivo de los caminos baztaneses, apoyado sobre suelos enlosados y abriéndose paso entre hileras de castaños centenarios.

El magnífico paseo desemboca en la carretera que une Erratzu con Iñarbegi (1,20 h). Solo caminaremos por ella unos minutos hasta encontrar en el inicio de una curva la indicación del dólmen de Sorginetxe (1,30 h), cuyas imponentes lajas merecen la atención del caminante.

Tenemos ahora que mirar hacia arriba, hacia la ladera boscosa que se alza frente a nosotros cuyo ascenso vamos a abordar. A la izquierda del cercado de piedra es visible una senda marcada en el herbal. En esta época se distingue sin dificultad su trazado inicial, pero puede resultar tarea más compleja cuando los helechos hayan crecido.

La tenue senda va ganando altura con rotundidad y sin dar tregua hasta alcanzar el promontorio de Maxilko Harria (980 m), rematado por una borda en ruinas (2,20 h).

El panorama se abre ahora libre de vegetación y nos presenta ya al frente la mole maciza del Auza hacia la que nos dirigimos.

Un camino ancho nos encamina hacia la pirámide rocosa de Erregarri, que dejaremos a la izquierda para buscar, justo en el límite del bosque un pequeño sendero que inicia el faldeo de la abrupta ladera sur de Auza. A duras penas identificable en algunos tramos, la senda va avanzando entre el hayedo facilitando el avance por los tramos cubiertos de rocas. Es el tramo que nos exigirá más olfato montañero para superarlo.

Cuando el bosque queda atrás, nuestra referencia será el marcado collado de Arluxe que vemos frente a nosotros. Vamos a llegar hasta él para desde su mismo borde emprender con decisión la subida hacia el cono somital de la montaña (3,15 h). Algunos cairns nos servirán de referencia para dirigirnos por el terreno más idóneo hasta ganar la amplia cima de Auza (1.306 m) (3,35 m) y su espectacular horizonte que abarca desde la costa hasta un blanqueado Pirineo.

Para iniciar el retorno, regresamos al collado de Arluxe, por el que discurre un marcado sendero que, bordeando el flanco este de la montaña nos acerca hacia el llamativo contrafuerte rocoso de Harrigorri. Estamos ahora sobre el trazado de la GR-10 y sus marcas dirigirán nuestro descenso por el hayedo al encuentro del amplio collado de Elhorrietako lepoa (830 m) que constituye una importante necrópolis megalítica (4,20 h).

Avanzamos ahora por terrenos de pastos abandonando a la derecha el trazado de la GR y tomando como referencia una borda y un cercado de piedra que vamos dejando a nuestra izquierda. Poco más adelante nos sale al encuentro el inicio de una pista (4,30 h) que en dirección oeste será la que conduzca nuestros pasos hacia el valle. Cruzamos el arroyo y continuaremos por ella hasta llegar a una pronunciada curva hacia la derecha (5,05 h). Aquí abandonaremos la pista para tomar un sendero indicado por un cairn que nos llevará sin pérdida hasta la barrida de Iñarbil (5,25 h). Solo nos queda salvar por carretera el kilómetro y medio que nos separa de Erratzu, parte del cual podremos atajar por un sendero (5,40 h).