Accidentes

Empieza el verano con un trasiego importante de gente por cumbres y valles de montaña, todo ello con su cortejo de accidentes. Me ha llamado la atención la caída mortal de un montañero de Tarbes descendiendo del pico Ardiden. Según cuentan, el accidentado llega a la cumbre antes de las 14h, con la idea de tomarse un tentempié y volver a casa para las 16h. Antes de bajar se echa una cabezadita en la cumbre, o esa era su idea, porque el sueñecito acabó siendo una siesta de 2 horas y cuando se despertó la cumbre estaba metida en la nube y en la tormenta y a partir de allí el accidente, si no cantado, si podemos decir que estaba tarareado. Responsables de rescates insisten en la necesidad de que los excursionistas dejen de comportarse como turistas y se mentalicen como alpinistas. Tres diferentes categorías humanas en montaña, al parecer. Otra parece ser la de los excursionistas atacados (y mordidos) por mastines en trance de cumplir con su función de proteger rebaños. Dado que el tema se va enconando y ha llegado repetidamente a los tribunales se recomienda a este tipo de posibles víctimas que se informen sobre como funciona la maquinaria mental de estos animales que no siempre distinguen si es un lobo o es un paisano el que viene a incordiar. Bien pensado, yo a veces tampoco, que vemos repetidamente que hay gente con muy malas ideas.