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Proceso de diálogo en Colombia

Las FARC y el Gobierno acuerdan agilizar el diálogo y el cese armado

Las delegaciones de las FARC-EP y del Gobierno colombiano acordaron ayer agilizar las discusiones para acordar «sin demora» un cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo así como el cese de actividades armadas. Este importante anuncio se produce en un delicado momento por el escalonamiento del conflicto en Colombia.


Las delegaciones de las FARC-EP y del Gobierno colombiano comparecieron ayer en La Habana junto a los representantes de los países garantes, Cuba y Noruega, para anunciar su intención de agilizar las conversaciones y de avanzar desde ya en el desescalonamiento del conflicto armado con el fin de «fortalecer la confianza de los colombianos en el proceso de paz y también la confianza entre las delegaciones», que se ha visto seriamente afectada en las últimas semanas por las acciones bélicas de ambas partes. Para ello, afirmaron que «harán todos los esfuerzos necesarios para llegar sin demoras a la firma del Acuerdo Final», para lo cual cambiarán la metodología de trabajo seguida desde la entrada en funcionamiento de la mesa de conversaciones en noviembre de 2012. A partir de ahora, desarrollarán un «trabajo técnico, continuo y simultáneo» sobre los puntos centrales de la agenda, a la vez que «se construyen acuerdos en la Mesa».

Para ello, acordarán «sin demora» los términos del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, así como el desarme, incluyendo el sistema de monitoreo y verificación. Ambas delegaciones solicitarán el acompañamiento en la subcomisión técnica para la terminación del conflicto de un delegado del secretario general de la ONU y un delegado de la presidencia de Unasur (actualmente Uruguay), con el fin de que «contribuya a poner en marcha la discusión sobre el sistema de monitoreo y verificación y a preparar desde ahora su implementación, sin perjuicio de la decisión de las delegaciones sobre la participación en el futuro, en el sistema de monitoreo y verificación, de otras organizaciones o países». Entretanto, las FARC mantendrán la suspensión unilateral de «todo tipo de acciones ofensivas», que entrará en vigor el próximo día 20.

A partir de esa fecha, el Gobierno de Juan Manuel Santos iniciará un proceso de desescalamiento de las acciones militares. No obstante, se reserva el derecho a «perseguir el delito» y advierte que «en ningún caso tolerará que ninguna organización al margen de la ley ejerza coerción sobre las comunidades mediante el uso de las armas».

En cuatro meses, cada delegación hará «una primera evaluación tanto del cumplimiento de estas medidas de desescalonamiento como de los resultados».

Reacciones de las partes

El jefe de la delegación del Gobierno, Humberto de la Calle, destacó como «elemento fundamental» de este acuerdo la invitación a la subcomisión técnica –que «ya está ocupándose del posible cese del fuego bilateral y definitivo»– de los delegados de Ban Ki-moon de y de Unasur «para contribuir al delicado tema del monitoreo y de la verificación, cuestión que exige un despliegue importante de recursos, de logística y de experiencia previa, que sin duda es un elemento clave para que un posible cese de fuego y de hostilidades que brinde garantías suficientes a la sociedad».

Pidió no «confundir las posibles decisiones sobre desescalamiento, que se tomarán para aliviar el sufrimiento de los colombianos, con las condiciones de un cese de fuego y hostilidades definitivo». «Debe quedar claro que la posibilidad de iniciar el cese bilateral definitivo dependerá además, de los resultados en los otros temas, especialmente Justicia. Debemos estar seguros de que en esas materias hay aproximaciones sustanciales», añadió.

«No vamos simplemente a paralizar la acción de la fuerza pública por la simple ilusión, que puede resultar frustrada, de lograr un Acuerdo. Como ya dije, el Gobierno tomará las medidas de desescalamiento que considere pertinentes de acuerdo con el desarrollo del cese unilateral que anunciaron las FARC y que hoy –por ayer– se comprometieron a mantener por cuatro meses», insistió.

Por su parte, la delegación de las FARC-EP expresó su deseo en que estos nuevos compromisos bilaterales «generen máxima distensión de la confrontación a partir del respeto de los derechos humanos de la ciudadanía, especialmente de las víctimas, que sin duda están a la expectativa también de un pronto acuerdo alrededor del punto 5 de la Agenda, referido a la reivindicación de sus intereses como paso fundamental para alcanzar la firma de un acuerdo final».

«Tiene hoy el pueblo colombiano la conquista específica de la tregua unilateral, anunciada por las FARC-EP, ahora reforzada con la decisión del Gobierno de corresponder a este gesto y actuar decididamente en función del desescalamiento, en rumbo claro hacia la materialización de un cese al fuego bilateral y definitivo, entre otras medidas de construcción de confianza». Calificó de «trascendental la gestión de los países garantes, y de los acompañantes que «con su petición a las partes de un cese bilateral del fuego, jugó un papel esencial en la generación de esta nueva situación».

«Es este, sin duda, un relanzamiento vigoroso, prometedor y esperanzador del proceso de diálogos, que toma tal brío por la fuerza insuflada por la voz de la mayoría de los colombianos, quienes en medio de las dificultades de la guerra, respaldan de manera decidida la salida política hacia el establecimiento de la justicia social, sin más desigualdades, miseria y carencia de democracia», subrayó.

Incidió en también en «es importante que cada una de las determinaciones que estamos adelantando tengan la garantía de la No Repetición de los dramáticos hechos que han caracterizado el conflicto en nuestro país

Estaba previsto que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, compareciera ayer mismo para valorar estos anuncios.