La «Ama Guadalupekoa» le gana hasta a la galerna
Hondarribia se llevó la bandera de casa, la décima de la campaña. Urdaibai batía a Orio por 6 centésimas.
Se anunciaba lluvia para la XXVIII Bandera de Hondarribia, pero antes que eso entró la galerna. Pero por fortuna, para entonces la tanda de honor ya había entrado en meta, con Hondarribia recibido entre cánticos de sus aficionados, ya que sumaba su décima bandera de la temporada. Mientras, Urdaibai y Orio vivían un espectacular mano a mano por la segunda plaza, una posición que se fue para Bermeo, aunque por solo seis centésimas de margen, y que precisó del ojo clínico del video finish de los jueces.
Nada nuevo bajo el sol, o tal vez sí, ya que la segunda y tercera tanda depararon dos finales apretados a más no poder, con las aficiones vibrando por ver quién le metía la proa a quién. Con la excepción de Hondarribia que, a partir del segundo largo, o más bien la primera ciaboga, adquiría ventaja para no soltarla más. Y eso que en la tripulación de la «Ama Guadalupekoa» había cuatro cambios respecto a su alineación habitual, con caras jóvenes presentes garantizando el relevo, para regocijo de la afición local.
Con la habitual tiranía –sin comillas– de Hondarribia, Urdaibai y Orio se jugaron la segunda plaza a cara de perro, mientras que Kaiku, de «estreno» en la tanda de honor, flojeaba más de la cuenta, hasta el pundo de que salvó la cuarta plaza por solo dos segundos de margen respecto a Cabo.
El sprint más rápido
Y es que Cabo, San Juan y Tirán, en parte por el viento que se levantó para los participantes de la tanda de honor, realizaron el mejor cuarto largo entre los 12 participantes. La segunda tanda fue un thriller muy cruel con San Pedro, que acabó cuarto, a menos de tres segundos de Cabo, y adelantado por San Juan y Tirán en las últimas paladas, después de haber liderado la prueba durante tres largos completos. Los últimos metros se les hicieron largos a los morados.
Y quizá los protagonistas de esta tanda paladearon la esperanza de que el mal tiempo les «regalara» la bandera hondarribiarra, sobre todo después de ver cómo los de la tanda de honor adquirían amplias ventajas de inicio, para perderlas después, segundo a segundo.
No hubo caso, empero. Aunque sí pudieron quedarse con la honrilla de firmar con el sprint más rápido de todos, en especial las dos embarcaciones galaicas, que volaron hasta la meta.
Un susto sin consecuencias
Por contra, Andrés Miramón, miembro de la tripulación de Astillero, dio el susto de la jornada. Debió ser atendido por las asistencias al finalizar la primera tanda, fruto del esfuerzo que lo llevó al agotamiento.
Afortunadamente, gracias a las atenciones de la Cruz Roja, el remero pudo reestablecerse sin mayor problema. Los cántabros se llevaron esta primera tanda, por delante de Portugalete, Meira y una Zierbena muy decepcionante, respectivamente.