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Urkabe y Arkale, montes emblemáticos de Oiartzun


Los montes de Urkabe y Arkale, junto al aún más desconocido Trapada cierran el horizonte de Oiartzun por el norte. Son el emblema de la localidad que bien merecen conocerse con una excursión senderista de montaña y algo más, pues se recuperan numerosas historias que se relacionan con su entorno. Un escenario de campiña, rural y bucólico hace que desde Mendia recomendemos sin reparos este itinerario que no defraudará a nadie. Quizá su baja altitud y la cercanía del Parque Natural de Aiako Harria sean la razón de ser un sistema olvidado, ninguneado, que se debe promocionar. Destacan en la memoria histórica los fuertes que albergaron ambas cimas, que tuvieron protagonismo desde la edad Media hasta la última guerra carlista, en las que integraban la línea fortificada desplegada por los liberales entre Donostia y Oiartzun. En Urkabe no queda resto alguno pero sin embargo en Arkale, en la cima más oriental de las peñas (Fuertia), se conservan ruinas de un castillo de época medieval. Actualmente se realizan excavaciones y se está remozando el entorno y las paredes con excelentes resultados.

El fuerte o castillo de Belagoa es uno de los principales de origen medieval de Gipuzkoa mejor conservado, aunque las primeras referencias datan del año 1200. Pese a la lejanía de la primera cita histórica, no resulta descabellado pensar que el origen del castillo de Beloaga sea mucho más antiguo, máxime teniendo en cuenta la existencia de la estela romana de Andrearriaga muy cerca de su ubicación.

Nace el itinerario en la plaza San Esteban del barrio Elizalde de Oiartzun. El excursionista seguirá por Donibane Kalea, la iglesia San Esteban y la capilla San Juan para iniciar la fuerte subida por Legarre kalea donde se sitúa un panel informativo de la orografía y su PR G-1011 que con bandas blanquiamarillas se dirige hasta Elurretxeko lepoa. Está el excursionista en la cuesta del calvario con sus cruces numeradas que seguirá hasta la misma cima. Antes cruzará el caserío Learre, antiguo convento, donde en una cueva artificial se venera a la virgen de Lourdes. En la cruz VII debemos girar a la izquierda y seguir el camino jalonado de cruces, para recuperar de nuevo el PR y bajo un hermoso bosque de castaños y robles americanos se alcanza la amplia cumbre dotada de una cruz, un altar, una gran ikurriña y una cercana antena, destacando el bello horizonte que desde allí se divisa.

Hacia el NW nacen tres vías. El senderista elegirá la opción del centro, el viejo camino carretil en el bosque que pierde altura hasta el caserío Pellibar (bella mirada desde su terraza sobre todo el cordal del monte Arkale) y por la pista descenderá hasta el riachuelo en la confluencia que forman Trapada y Beloaga erreka, en un valle campestre que sorprende al visitante, sembrado de caseríos con toponimia relacionada con el castillo (Beloaga berri, Beloaga txiki, Beloagazarra y Beloaga). El siguiente destino es el caserío Miakazarra nº 45, al borde de la carretera Errenteria-Gurutze.

Se puede subir por la pista o bien por el camino rural, dejando el monte Trapada a la izda. Tras cruzar la carretera nace un ancho y bien trazado camino entre el bosque que rodea Arkale por la izda, por el N. Al llegar al collado “Arkaitzlepo”, referencia una torre eléctrica y diferentes mojones amarillos del gas, que separa la cota Arluze del cordal cimero, la vía se bifurca.

Para llegar a la cima principal (Belekabita) facultativa, la más alta y coronada por un índice geodésico, los montañeros seguirán la estrecha senda cimera que progresa rápidamente salvo en los 200 últimos metros que la exuberante vegetación, impide el avance rápido y hay que negociar los pasos entre el lomo del roquedal. Aunque la cumbre imprescindible (Fuertia) está cercana, es casi imposible llegar hasta ella por el peñascal. Por ello el deportista deberá retornar hasta “Arkaitzlepo” y seguir a la dcha, al E, el camino en ascenso que rodea cómodamente el monte hasta la villa “Arkale Atzea”(Arrizabala). Allí se inicia la senda que en pocos minutos acerca al senderista hasta el castillo de Beloaga, con su bandera roja del reino de Nafarroa que ondea sobre la muralla. Alcanzar la cima para disfrutar de los restos del fuerte (Torre y patio de armas) y de un panorama excepcional exige superar dos tramos de trepada de 1º grado. Al regreso se pueden visionar los escondidos túneles almacén bélico del siglo XX, y una vez en la pista, tras ver la estela romana (original en el Museo de San Telmo), se llega rápidamente al Bº Gurutze, desde donde se sigue el PR hasta la cruz VII, donde se abandona y se continúa por la vía de Santiago hasta la plaza de Oiartzun donde se finaliza este hermoso e increíble circuito de montaña, dedicado encarecidamente a D.Adolfo Leibar Axpe.