«Cuando era un niño le encantaban los dulces. Cuando jugaba en Varsovia le compraba un pastel por cada gol que marcaba. Así que cuando lograba un ‘hat-trick’ estaba muy feliz, no sólo por los goles también porque se iba a comer tres pasteles», rememora su madre Iwona, jugadora profesional de voley. Poco después, uno de sus entrenadores le recomendó que comiera tocino para que creciera y engordara aquellas flacuchas canillas. Y con el tiempo, el pequeño Bobek, como le llamaban sus compañeros, fue «demasiado bueno para jugar en Polonia», como diría Michael Zorc, director deportivo del Borussia Dortmund, club en el que recaló por 4,7 millones de euros después de que José Mari Bakero le hubiera entrenado en el Lech Poznan, se lo recomendara al Barça pero los culés prefiriesen al asturiano David Villa.

‘Fallagoles’, como le apodaban en sus primeros tiempos a orillas del Ruhr, seguramente se encaminó a ese Jesucristo del que no se avergüenza ser firme devoto y terminó sumando 103 dianas en 185 partidos con los borussers, hasta su salto al rival Bayern en enero de 2014... como agente libre. En su lugar, el Dortmund fichó a un jugador de origen gabonés y criado futbolísticamente en la cantera rossoneri de Milanello, que se cortaba el pelo con un diseño a lo Batman pero se enfundaba una máscara de Spiderman cuando marcaba.

Yaya, su progenitor, era scouter del Milan en tierras africanas y el chaval acabó en su cantera. De ahí, de cesión en cesión por clubes franceses hasta que recaló en Saint-Etienne, en el club junto al Loira que descubrió a Michel Platini. Dos temporadas con Les Verts, 48 goles, y de ahí al Signal Iduna Park. Un ascenso tan vertiginoso como el tiempo que marcó en los primeros 30 metros de una carrera, más veloz que el propio Usain Bolt. Es Pierre Aubameyang, que debutó con el BVB con una tripleta y por algo a día de hoy es segundo en la tabla de goleadores de la Bundesliga, solo superado por... Robert Lewandowski.

La pasada jornada, el polaco anotó dos tantos más en la victoria 0-3 del Bayern, que suma al repóker que le hizo entre semana al Wolfsburgo. El gabónes hizo también doblete, en el 2-2 de los amarillos en casa, y ya marca un tanto cada 66 minutos. Este próximo domingo, en el Allianz Arena, campeón y aspirante se ven las caras en un duelo entre un Bayern que gana pero no convence del todo y un Borussia que alegra los sentidos pero ahora mismo está a cuatro puntos de los bávaros, siete si pierde este fin de semana.

Duelo de dos de los artilleros más en forma del continente con permiso de Wayne Rooney, que, por fin, 999 minutos después, volvió a marcar en la Premier en el triunfo 3-0 ante el Sunderland, que deja a los Red Devils al frente de la tabla, por primera vez desde que Sir Alex Ferguson salió por la puerta de Old Trafford. Un punto por delante del City, que con una defensa de circunstancias salió vapuleado por el Tottenham, 4-1, la derrota más abultada que sufre en la Premier desde que el jeque Mansour compró el club hace siete años.

El Manchester United, de líder, rinde visita este domingo a un Arsenal que viene de ganar gracias a un triplete del ‘Niño maravilla’ chileno Alexis Sánchez, –tras 55 remates esta campaña y ni un solo gol– primer futbolista en firmar un ‘hat trick’ en las ligas inglesa, española e italiana.

Marcó también en su regreso para el Liverpool Daniel Sturrigde, nada menos que 266 días después de su lesión. Y lo hizo por partida doble para que los Reds ganaran por fin y su entrenador Brendan Rodgers respirara. La primera victoria del Liverpoool en siete partidos y solo 16 goles en los últimos 16 partidos de Premier. This is Anfield, pero hace tiempo que This is not Liverpool. Y este domingo, derbi por todo lo alto en la ciudad de ‘‘The Beatles’’, en Goodison Park.

Ronaldinho, despedido del «Flu»

«En Liverpool hay dos equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool», dijo dibujando una eterna sonrisa el legendario Bill Shankly, entrenador Red entre 1959 y 1974. Pero de hecho, los dos equipos de la ciudad deberían haberse llamado Everton y Everton Athletic.

El Everton Football Club se fundó en 1878 y jugó en Anfield desde 1884. Siete años después, John Houlding, el arrendatario del estadio, compró la totalidad del terreno y propuso incrementar el alquiler de 100 a 250 libras esterlinas al año. Los socios del Everton se opusieron, abandonaron Anfield y se trasladaron a Goodison Park. Con un estadio vacío y sólo tres jugadores en sus filas, Houlding decidió fundar su propio club de fútbol, y así nació en 1892 el Liverpool Football Club. Su nombre iba a ser Everton and Athletic Grounds Ltd, o Everton Athletic para abreviar, pero posteriormente se cambió por el de Liverpool. Derbi de Merseyside en una ciudad que vive, come, duerme y bebe fútbol.

En la Serie A el partido de la jornada lo firman Milan y Napoli, igualados en mitad de la tabla. Los primeros sufren y ya se habla de crisis. «No podemos ganar solamente con el nombre», llamó al orden su técnico Sinisa Mihajlovic. Los napolitanos, en cambio, lavaron su irregular trayectoria con una dulce victoria, 2-1, aupados en un gran Higuaín y ante una desconocida Juventus. La Vecchia Signora no tenía un inicio tan malo de campeonato desde la temporada 1969-70 y ahora mira desde abajo, y a lo lejos, a su gran vecino y rival, un Torino que va tercero en la tabla, con 8 puntos de ventaja sobre los juventinos, algo que sus aficionados no veían desde hace décadas.

El líder era el Inter, de inmaculada trayectoria, hasta el domingo. La Fiorentina le endosó un 1-4 y se aúpa al liderato, algo que no sucedía desde la temporada 1998-98, cuando el viola Nikola Kalinic, autor de tres goles a los interistas, tenía por entonces once añitos.

Dieciséis son los que figura en el carnet de Ianis Hagi, fácilmente identificable por su apellido. «No siento presión por llevar mi apellido, yo crecí bajo presión». Sí, el hijo de Gheorghe Hagi, ex del Barcelona y Madrid, leyenda del fútbol rumano y bautizado el ‘Maradona de los Carpatos’. A su edad, y cedido por la ‘Fiore’, ya es el capitán del equipo de su padre, el Viitorul Constanţa, que marcha segundo en la liga de su país.

Uno que apenas echa a andar y otro que quiere seguir divirtiéndose aunque su sonrisa se apague. El Fluminense brasileño ha rescindido el contrato a Ronaldinho. Dos meses después se cansaron de él. ¿Hora de dejarlo? A sus 35 años, siempre le quedará la música, su otra afición. El hip hop es la que prefiere Aubameyang; a Lewandowski le gustan los vídeojuegos... a nosotros sus goles.